Hay marcas de automóviles que son capaces de ir más allá de los neumáticos del coche y meterse en asuntos tan delicados como el sector inmobiliario. Tomando como punto de partida la falta de viviendas atractivas y asequibles (textualmente, dicho por la marca), se ha creado el proyecto «Mini Living-Do Disturb».
Daos cuenta del nombre, porque es clave en la innovación de estos espacios: «Do Disturb» le da la vuelta al típico cartel de «No Molestar» para, en este caso, hacer de cada espacio no solo una vivienda: se crea un lugar para compartir nuevas formas de vida, fiestas y cualquier «evento» social.
Tal y como describe el director de este proyecto, Oke Hauser, en las ciudades las personas se ven obligadas a tener que compartir un espacio que es cada vez más escaso y finito. «En esta situación vemos un gran potencial para hacer del hogar algo comunal y recíproco».
En la semana milanesa dedicada a las nuevas tendencias en muebles y tecnología para el hogar, celebrada del 12 al 17 de abril en el 18 de la Vía Vigevano, Mini enseñó en su instalación un piso de 30 m2 que a su vez forma parte de un micro-barrio con viviendas del mismo tipo. Las paredes estaban formadas por una serie de estanterías plegables que contienen una variedad de elementos y sistemas como la cocina, una mesa de trabajo y un sistema de música. Si unimos estos conceptos, nos explican que al abrir la cocina y encender el sistema de música, «se logra un ambiente perfecto para organizar una fiesta improvisada en la cocina».
Hauser dice que se ha querido que Mini entre en el debate sobre las formas de vida compartida en el futuro. «Vemos un gran potencial para hacer del espacio del hogar algo comunal y recíproco» en las ciudades. Potenciar así la interacción entre las personas, algo que, por ejemplo, se consigue gracias a que las paredes de la instalación son flexibles.
Con el eslogan «compartir significa más para todos», la apuesta de la marca de coches se ha podido realizar con el apoyo de dos socios: por un lado, el estudio de arquitectura japonés «ON Design» de Yokohama, aportando su conocimiento en micro-viviendas y viviendas colaborativas; y por otro lado, la oficina en Berlín de la consultora internacional de ingeniería «Arup», encargada de la parte técnica.
Un trabajo colaborativo como el propio estilo de vida que las actuales urbes vuelven a pedir «a gritos», como antaño: donde lugares como patios y corralas eran los auténticos centros neurálgicos sociales del día a día.