
En principio, creíamos que el motor rotativo había muerto con el RX-8, un modelo que tuvo que ser retirado en Europa por no poder cumplir con la última normativa Euro 5 de emisiones, y que en junio dejará de producirse de una vez por todas. Y encima, los rotativos eran motores más «gastones» y con fama de ser menos fiables y más complicados de reparar.
Pero ahora Hitomi ha adelantado que creen «haber encontrado una forma de mejorar la economía del motor rotativo para equipararlo a la de los motores de pistones convencionales y, de ser así, creemos que podremos reintroducirlo en el mercado». Hitomi considera que se puede ahorrar combustible precisamente aprovechando los puntos fuertes de un motor rotativo: «Bajas vibraciones, tamaño compacto y gran entrega de potencia».
Los dos grandes inconvenientes del motor Wankel son: Por un lado, la dificultad para aislar los gases de combustión; el motor rotativo exige un fuerte sellado, pues la fuerza centrífuga del motor tenderá a levantarlo y en tal caso, estos gases se filitrarán a cámaras por las que no deberían aparecer…; por otro, la posición más retrasada de sus dos bujías por rotor -comparadas con las de un motor de pistones- provoca los problemas de ignición que elevan el consumo de combustible.
Hace unos meses en autofacil.es ya avanzábamos que el motor rotativo podría encontrar un lugar combinado con las tecnologías para vehículos eléctricos -podría ser el motor de combustión en coches de autonomía extendida-, o como parte de las innovaciones de Mazda SkyActiv. «En mi opinión, esta tecnología es aplicable con independencia de si el motor es gasolina, diesel o rotativo», dice Hitomi. Sin embargo, Mazda no cree que un motor de estas características esté listo en menos de dos años. La marca ha vendido más de 2 millones de coches con motor rotativo desde la aparición del primer modelo, el Cosmo Sport, en 1967.