
De esta forma, el Grupo VAG, que posee el 49,9 % de la acciones de Porsche AG, se hará con el 50,1 % restante por 4.460 millones de euros. Al mismo tiempo, Porsche SE es propietaria del 50,7 % de las acciones de Volkswagen, y contribuye a las operaciones como un holding.
Ambas compañías firmaron un acuerdo en agosto de 2009 por el que se produciría esta absorción y, ahora que se va a hacer realidad, Porsche pasará a ser una marca más del Grupo Volkswagen. El año pasado, ambas empresas creían que había determinados puntos del acuerdo por los que éste no sería económicamente viable hasta el año 2014. En otras palabras, los cambios en la legislación alemana sobre impuestos han permitido a los responsables de la fusión encontrar un vacío legal por el que no van a tener que pagar nada al fisco: Gracias al pago de una acción aparte de los 4.460 millones desembolsados por hacerse con todo el control de Porsche, Volkswagen se ahorrará impuestos que ascenderían a más de 1.000 millones de euros.
«Esto es bueno para Volkswagen, bueno para Porsche y bueno para Alemania y su posición industrial. Combinando los negocios operativos haremos aún más fuertes a Volkswagen y a Porsche, tanto financieramente como estratégicamente», comentó Martin Winterkorn, el presidente del Grupo Volkswagen. Según la compañía, la adquisición de las acciones que le faltaban de Porsche apoartará 9.000 millones de euros a su balance, si bien su liquidez neta bajará 7.000 millones de euros.