- 1. Ojo a las presiones de los neumáticos. Además de aumentar el riesgo de sufrir un reventón, circular con las presiones de los neumáticos bajas puede incrementar el consumo más de un 10%. Revísalas, al menos, una vez al mes.
- 2. Utiliza bien el cambio. Tendrás que ‘jugar’ con él para mantener el motor en un régimen en el que dispongas de fuerza suficiente… pero sin llevarlo muy revolucionado. Así, normalmente, en un diesel basta con circular entre 1.800 y 2.400 rpm; en un gasolina, entre 2.000 y 3.000 rpm.
- 3. Aprovecha las bajada.s Cuando circules cuesta abajo, intenta acelerar lo menos posible; si el vehículo se desplaza por la propia inercia, el consumo de carburante es prácticamente nulo.
- 4. Conduce con suavidad. Acelerar con brusquedad, dar frenazos o trazar las curvas con demasiada velocidad termina por incrementar el consumo de carburante en más de un 15% y, también, el desgaste de elementos como los neumáticos, los frenos…
- 5 Ojo con la carga… y con la climatización. Llevar un cofre de carga vacío en el techo puede aumentar el consumo hasta un 35%, mientras que llevar en el maletero cosas que no utilizamos -como una caja de herramientas…- también puede incrementar el consumo, de media, un 5%. Además, no circules con el aire acondicionado conectado o con las ventanillas bajadas si no es necesario: el consumo subirá en otro 5% de media.