En los últimos tiempos hemos asistido a la desaparición de los todoterrenos puros. Modelos como el Nissan Pathfinder o el Patrol GR, o el Mitsubishi Montero han desaparecido del mapa. La razón está, por un lado, en la proliferación de los SUV’s, y por otro, con las restricciones por emisiones que han llevado a algunas marcas a convertir los pocos todoterrenos que quedan en modelos de lujo o, al menos, de precio prohibitivo, como ha sucedido con el Toyota Land Cruiser.
Eso ha provocado que las pick-ups se hayan convertido en la alternativa todoterreno a precio razonable, teniendo en cuenta que es un segmento en el que lo normal ahora es moverse en torno a los 40.000 euros… y que hay cosas como la Ford Ranger Raptor que se va hasta casi los 80.000 euros.
La pick-up más barata ahora mismo es la DR PK8, que sale por 32.900 euros y tiene 136 CV, si bien por 33.259 euros hay una KGM Musso Sports DTR con 202 CV y cambio manual. Y es en ese aspecto, el de la relación precio-potencia con cambio automático y mucho equipamiento de serie, donde la Maxus T60 Max empieza sacar músculo. Estamos ante un modelo de 5,39 metros de larga con 215 CV, tracción total y un cambio automático de ocho marchas por convertidor de par.
Además de contar con un amplio equipamiento de serie, otra ventaja de la Maxus T60 Max (por cierto, Maxus es una marca china perteneciente al grupo SAIC, dueño entre otras marcas de MG) es su interior, con una gran pantalla central y otra también para la instrumentación, tapicería de cuero, cámara de 360 grados…
Y es que, en cierto modo, este interior es más esperable en un SUV que en una pick-up, un tipo de vehículo quizá más pensado en principio para trabajar en el campo. Ahí no importan tanto los lujos. Pero, si volvemos al principio, la Maxus sí puede encandilar a todo aquel cliente que quiera un buen coche para campo sin prescindir de ciertas comodidades, como asientos eléctricos y calefactables.
Tiene cosas que no nos acaban de convencer, como la ausencia de botones físicos más allá de los manos táctiles del climatizador (en los caminos hay muchos baches, y eso complica manejar las cosas a través de pantallas) o que no haya un mando para las luces (se pueden poner y quitar manualmente a través de la pantalla central) porque, como en el lugar donde suele ir el limpiaparabrisas aquí va el mando del cambio, en el mando del intermitente sólo han puesto del mandos del citado “limpia”, o que no haya un agarradero para subir al puesto de conducción en el lado del conductor.
Más allá de eso, el interior nos ha convencido. Es fácil dar con la postura ideal al volante, las plazas traseras son espaciosas y, a base de trastear con las pantallas, te acabas acostumbrando a sus peculiaridades (cuántos quebraderos de cabeza quitan unos simples botones…).
En marcha, y dado el planteamiento más refinado del interior, quizá no habría estado de más sustituir la suspensión trasera de ballestas por una de tipo multibrazo, más adecuada para una pick-up que, a priori y por su planteamiento, no parece tan destinada para ir cargada (puede llevar 1.050 kilos) como para poder viajar incluso con ella con un buen nivel comodidad.
El resultado es un coche con el típico tacto de conducción de las pick-ups, con un eje trasero un tanto rebotón que resta comodidad. Como todas las pick-ups, la Maxus tampoco es precisamente el modelo más ágil en una carretera de curvas, aunque tampoco lo pretende. Se conforma con ofrecer un buen guiado (aunque la dirección, con unas 3,5 vueltas entre topes, es demasiado lenta) y unas reacciones sanas que transmiten confianza al conductor.
Obviamente, donde mejor se comporta es en campo. Ahí le da exactamente igual un camino en buen estado que meterse por una trialera gracias a su tracción total conectable, su reductora y su bloqueo del diferencial trasero, además de control electrónico de descensos. En estas condiciones la T60 es tan buena como sus principales alternativas.
En cuanto al motor, esta versión lleva un 2.0 diésel de cuatro cilindros con 215 CV y 500 Nm de par desde 1.800 rpm. Esto, unido al cambio automático por convertidor de par de ocho marchas, hace que la Maxus T60 Max se pueda mover con agilidad, si bien es cierto que por debajo de esas 1.800 rpm se muestra un tanto perezoso y que el cambio tiende a tirar demasiado de marchas largas, por lo que si queremos mantener un ritmo vivo es mejor manejarlo de forma manual a través de las levas del volante.
En cualquier caso, no debemos confundirnos, porque una pickup no suele ser un vehículo para ir con prisas por la vida; la Maxus T60 Max, tampoco. Y es lo normal, pues estamos hablando de un modelo creado y pensado para circular por campo. Que nadie se piense que conducir una pick-up es como llevar un SUV pero un poco más alto; no tiene absolutamente nada que ver.
¿Consumo? Lo normal es moverse en medias de 9,5-10 L/100 km en conducción normal por carretera. Por caminos en buen estado los datos son similares, aunque entre uno o dos L/100 km dependiendo de cuánto se nos complique la ruta. ¿Mucho? En realidad, no: es lo habitual en coches así.
En resumen, la Maxus T60 Max nos ha convencido. Quizá nos sobran pantallas, pero lo cierto es que su precio está muy bien viendo lo que te da cambio. Hay que tener en cuenta que por unos 1.000 euros más de lo que cuesta, hay una Toyota Hilux de 150 CV, una Ford Ranger de 170 CV o una KGM Musso Sports automática con 202 CV.
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