Una ciudad sin señales de tráfico
La única señal de tráfico que se puede encontrar en Makkinga es la que anuncia un límite de velocidad de 30 kilómetros por hora en la entrada al pueblo y, justo debajo, muestra un letrero que reza orgulloso: verkeers-bordvrij, es decir, «libre de señales de tráfico». Una señal de tráfico que anuncia la ausencia de señales de tráfico.
Este sistema surgió hace más de diez años, después de reorganizar las calles y las aceras, antes de volver a poner las señales de tráfico, el Ayuntamiento se dio cuenta de que no habían tenido ningún problema viviendo sin ellas. De hecho, el número de incidentes había disminuido, así que cuando le plantearon la cuestión a Hans Monderman, un conocido especialista en gestión de tráfico, este les dijo que, sencillamente, «no las volviesen a poner».
Entonces, ¿cómo se circula cuando no hay señales de prioridad?
En un reportaje elaborado por la revista de Tráfico de la DGT se le preguntaba al ingeniero artífice de esta novedosa organización vial, Hans Monderman, sobre el funcionamiento de su sistema: «La mejor manera de circular es negociando» , dice Monderman, «el espacio público fuerza a la gente a ser social y el contacto visual es parte de ese comportamiento social de las personas». En el centro de la ciudad Drachten (50.000 habitantes) esa teoría es fácil de comprobar. En una transitada glorieta a donde los usuarios llegan, se miran y pasan ordenadamente. Sin señales de tráfico que les otorguen el paso. «Ahora es un lugar agradable, más seguro y con más capacidad. Los semáforos eran el problema», señalaba Monderman.
Lo más curioso del caso, es que en la mayoría de las ciudades donde se ha probado el sistema, entre ellas algunas de Suecia, Alemania o Reino Unido, han comprobado que sin señales de tráfico los accidentes de se han reducido hasta en un 80% y existe menor volumen de tráfico en las calles.