Olvida por un momento que este Aston Martin DB5 es un coche especialmente construido para usarse como vehículo para escenas de acción en la última película de James Bond, No Time To Die. En lugar de eso, considéralo como una de las pruebas más puras, excitante y entretenida de todo el año.
¿De verdad pinta tan bien? Para empezar, este coche pesa 1.000 kg. También es tracción trasera y tiene una transmisión manual de seis velocidades con un diferencial mecánico de deslizamiento limitado. Debajo del capó tenemos un motor de seis cilindros en línea con 340 CV. Además, carece de cualquier tipo de ayuda electrónica.
Todo parece demasiado bueno para ser verdad. Y de alguna manera lo es, ya que este DB5 existe sólo para actuar en algunas de las secuencias de acción más peligrosas de la película. Como tal, es un coche de fantasía en todos los sentidos. Y ahora estamos en el centro de pruebas de la marca en Stowe (Reino Unido) para dar rienda suelta a nuestro entusiasmo y ponerlo a prueba hasta llevarlo al límite.
Como la mayoría de las cosas relacionadas con películas, gran parte de este DB5 es una ilusión, pero no hay que confundirlo con los coches para secuencias de acción de hace algunos años. Este es un DB5 se mire por donde se mire, gracias al uso de unos paneles de la carrocería realizados en fibra de carbono después de escanear un DB5 original. Dado que los coches de escenas de acción tienen una vida un tanto difícil, estos paneles están diseñados para que se puedan reemplazar perdiendo el mínimo tiempo posible.
Debajo de esos paneles hay un chasis hecho a medida, cuyas dimensiones se escogieron teniendo en cuenta la anchura y distancia entre ejes del DB5, adaptando los puntos de montaje de motor y transmisión.
La decisión de usar el propulsor y la caja de cambio de un BMW M3 E46 ha sido por múltiples razones. La primera y principal es que es uno de los mejores motores de combustión interna de todos los tiempos. Además, suena similar al propulsor original del modelo y encaja en el vano motor sin apreturas. También existen multitud de recambios, es moderno y su electrónica no llega a ser tan compleja como la de los propulsores actuales, por lo que es lo suficientemente simple como para que sea fácil de reparar en caso necesario.
La exigencia de las escenas dinámicas en las películas de James Bond son muy altas. Tanto es así, que la productora encargó hasta ocho unidades de este DB5 para No Time To Die y el responsable de productos especiales de Aston Martin, el británico David King, tomó la poca ortodoxa decisión de recomendar a su equipo diseñar y construir las réplicas desde cero. «No puedes decir que no a un proyecto como una película de la saga Bond», comenta King, «aunque he de reconocer que cuando me propusieron hacer tal cantidad de vehículos y, encima, que fueran capaces de soportar toda clase de abusos me pareció imposible».
Comparativa: McLaren 600LT Spider vs Aston Martin DBS Superleggera
Parece difícil de creer, pero el plazo para diseñar y ensamblar estos coches fue de apenas seis meses, y eso con el añadido de que el equipo de operaciones especiales de la marca estaba ya inmerso en el desarrollo del prototipo del superdeportito Valkyrie. Es difícil imaginar otra marca que pudiera estar metida en dos proyectos tan diferentes… pero tan apasionantes al mismo tiempo.
Incluso cuando sabes que el coche creado para las escenas de acción tiene poco que ver con el DB5 original, resulta muy complicado no creer que es uno verdadero. El ajuste y acabado de la carrocería son realmente buenos, y los detalles están muy cuidados. De hecho, la propia maneta de apertura de la puerta o como suenan al cerrarlas recuerdan al original. Una vez dentro, el verdadero propósito del coche de acción queda claro, con un asiento de carreras y una jaula antivuelco. Los mandos e instrumentos son rudimentarios y el volante con borde de madera lo asemejan al original si entrecierras los ojos, aunque el freno de mano hidráulico al estilo coche de rallyes acaba con la ilusión de estar dentro de un DB5 original.
Podrías perdonar que este coche se percibiera algo tosco o áspero a la hora de alcanzar sus límites; después de todo, sólo tiene que posar ante las cámaras. Sin embargo, tiene una solidez e integridad palpables desde que se pone en marcha el motor. La palanca de cambios es la misma que emplean los BMW E46, y transmite la misma sensación de solidez y facilidad para deslizarse de una marcha a otra. Del mismo modo, el motor S54 M Power proporciona una respuesta realmente buena, resoplando y bramando de manera exuberante e inconfundible. Una gran mezcla británico-alemana.
La dirección es asistida. En realidad demasiado, lo que requiere que muestres manos tranquilas hasta que le coges el tranquillo. Ese volante de madera también conlleva desafíos, ya que resulta complicado saber cuando lo tienes recto.
Cualquier cosa con una relación peso/potencia tan favorable se percibe bastante rápida, aunque cuando se asienta sobre unos neumáticos tan estrechos (unos Avon con dibujo clásico pero materiales modernos), esa rapidez se asocia a un nivel de agarre algo modesto.
No tienes por qué circular de lado todo el rato, aunque el coche lo acepta de buen grado, tal y como esperas de un vehículo diseñado para derrapar, y generalmente conducido por el campeón británico de rallyes, Mark Higgins. Lo que quizá resulte menos esperable es la precisión y el control que transmite en todo momento. Gran parte de esto es gracias a la suspensión, que cuenta con muelles y amortiguadores empleados por los coches de rallycross y está puesta a punto por el especialista Prodrive. Transmite una brillante sensación de equilibrio y una fabulosa capacidad para cambiar de dirección que genera una gran confianza en el conductor. Llegas al punto en que puedes hacer cualquier cosa con él.
Lamentablemente, este automóvil no es legal que circule por carretera (aunque es tentador saber que no sería complicado fabricarlo y homologarlo), pero sin duda tiene las características de un sensacional GT deportivo. Para ofrecerte algo de contexto, un BMW M3 E46 (uno de nuestros modelos deportivos favoritos del siglo XXI) pesa 500 kg más. Para pensar en algo parecido en la relación peso/potencia, tienes que irte a un Porsche 911 (991) GT3.
Aston Martin DBS Superleggera Volante: 725 CV a cielo abiertoo
Hay algo maravilloso en esta máquina diseñada y construida por el mismo equipo de personas responsables de desarrollar el superdeportivo Valkyrie. Sin embargo, también es bastante deprimente que este coche de acción ponga en evidencia a muchos vehículos actuales en el que la cultura del ‘más, más y más’ ha corrompido lo que verdaderamente debería ser un automóvil deportivo.
Y es que con este DB5, Aston Martin nos ha recordado que menos peso y menos potencia, así como una buena puesta a punto, es lo único necesario para tener un coche con el que disfrutar conduciendo sin necesidad de alcanzar ritmos estratosféricos.