Estar en un atasco, malo para la salud

Una investigación realizada por la Universidad de Surrey, en Reino Unido, ha determinado que los niveles de contaminación en el interior del coche aumentan en un 40%.


Estar en un atasco no es plato de buen gusto para ningún conductor, pero además de la pesadez y pérdida de tiempo que supone, la Universidad de Surrey -Reino Unido- ha determinado que permanecer atrapado en un embotellamiento también es nocivo para la salud. Y es que en los momentos en los que se está sentado en el coche al ralentí, los niveles de contaminación en el habitáculo del vehículo aumentan hasta en un 40% comparado con cuando se está en plena circulación.

Además, el estudio ha revelado que si se mantienen cerradas las ventanillas y se apaga el sistema de climatización la contaminación podría descender hasta un 76%; no obstante, también es ´sano´ poner la ventilación en modo recirculación, sin que entre aire del exterior. Lógicamente, se entiende que el nivel de contaminación en la calle es mayor al que existe en el interior del automóvil dadas las emisiones de los demás vehículo. En los lugares en las que éstas son más altas son en los semáforos, especialmente si están rodeados de edificaciones, pues el ciclo de ralentí, aceleración y desaceleración es cíclico y las emisiones de los coches que llegan al semáforo mantienen las de los anteriores durante más tiempo.

La propia OMS -Organización Mundial de la Salud- ha manifestado que la contaminación en el aire es una de las diez causas insalubres más importantes que tenemos que afrontar las personas, ya que produce aproximadamente siete millones de muertes anualmente -en Europa fallecieron unas 400.000 personas por esta razón en el año 2012-. De hecho, un conductor detenido en un semáforo está expuesto a 29 más contaminación que si el tráfico es fluido; por tanto, los peatones parados en un semáforo también son los más perjudicados en este sentido. La solución, según la investigación, es un control riguroso de los puntos de acceso.

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