Bosch todavía cree en el diésel

Bosch acaba de dar una noticia vital para la industria del automóvil y en especial de los coches diésel al presentar un sistema capaz de reducir las emisiones de NOx hasta 13 miligramos por kilómetro.


«Hay futuro para el diésel. Queremos poner fin al debate sobre su desaparición. Esta tecnología no volverá a ser un problema», con esta afirmación, el presidente del Grupo Bosch, Volkmar Denner, ha querido presentar el último invento de la compañía que podría poner patas arriba la industria del automóvil y cambiar la perspectiva negativa que, durante los últimos meses, se ha creado en diferentes países en torno a los coches que utilizan combustible diésel y las emisiones contaminantes que estos generan.

Con un novedoso software de control de la gestión térmica, sobre todo de los gases de recirculación procedentes del escape a la cámara de combustión y del arranque de frío y mediante un turbocompresor mejorado, Bosch ha conseguido reducir las emisiones de NOx hasta sólo 13 miligramos por kilómetro en una medición combinada de ciclo urbano, interurbano y en autopista.

Este sistema, que está basado en elementos que ya están industrializados y que tan solo supone añadir mejoras sobre componentes ya existentes, junto con la inyección optimizada, un catalizador con filtro y el aditivo AdBlue, consigue unas cifras hasta ahora inimaginables. Además, el hecho de que no necesite un desarrollo completamente nuevo, podría ayudar a agilizar todos los procesos de producción para su llegada al mercado. De hecho, Bosch ve posible comercializar este nuevo sistema en apenas dos años.

Mejorando la normativa WLTP

Más allá de la reducción de las emisiones de NOx que hemos comentado antes, lo verdaderamente importante de este sistema es que los vehículos diésel que lo incorporen cumplirán con creces la estricta normativa WLTP que entrará en vigor el próximo 1 de enero de 2019 y que fijan los límites de emisiones en 168 gramos de NOx por kilómetro. «Los vehículos diésel se considerarán como bajos en emisiones, pero seguirán siendo asequibles y conservarán su espacio en las ciudades», explica Volkmar Denner.

Con todo esto, el objetivo final de Bosch es desarrollar un motor de combustión que, dejando aparte el CO2, no tenga apenas impacto en la calidad del aire. El fabricante alemán de componentes se centrará en combatir del CO2, apoyándose entre otras herramientas en la Inteligencia Artificial.

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