Compañías de mensajería como UPS, FedEx y DHL han mostrado su preocupación por el peligro que entraña el transporte de baterías de ión-litio. El responsable de logística automovilística de DHL, Fathi Tlatli, explicó durante un congreso en París que estos componentes requieren un empaquetado especial que los proteja de los cambios de temperatura. En el caso de las baterías usadas, por su peso y por el riesgo de incendio se abstienen de transportarlas en avión, catalogándolas como mercancías peligrosas.
Según contó a la web Automotive News Yet-Ming Chiang, profesor de ciencia e ingeniería de los materiales del Instituto Tecnológico de Massachussets –MIT-, un 25 % de los materiales usados en una batería de ión-litio convencional son inflamables. Se pueden conseguir celdas más seguras añadiendo ciertos aditivos, pero a costa del rendimiento. El Consejo Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos abrió una investigación, en la que distintos expertos reconocieron que la evolución del coche eléctrico se estaba ralentizando por los problemas que surgen con las baterías.
En los últimos tiempos, modelos como el Chevrolet Volt y el Fisker Karma han sido protagonistas de casos de incendios. El último caso ha sido el del Mitsubishi Outlander PHEV: la marca japonesa ha tenido que llamar a revisión a 4.313 unidades despúes de registrar un incidente en el que la batería ardió y otro en el que se derritió. Según la investigación interna, el origen del problema está en el proceso de fabricación. El suministrador de Mitsubishi, Lithium Energy Japan, asegura que encontró una solución en mayo.