Piloto de rally y jefe de equipo del WRC

Malcolm Wilson, cómo ser director de un equipo de rallyes del WRC

Equipo Evo
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De piloto campeón a responsable del equipo WRC de Ford y del programa GT de Bentley, Malcolm Wilson ha tenido una larga y exitosa carrera al máximo nivel. Texto_John Barker & Javier Álvarez Fotos_Aston Parrott & Alamy

Malcolm Wilson es una de esas personas que ha llegado muy lejos sin dejar nunca su hogar. Nacido hace 66 años en Cockermouth, Inglaterra, ha sido un exitoso piloto e, incluso, un más exitoso director de equipo, fabricando coches que ganan rallyes del WRC y títulos de pilotos y constructores, todo desde una sede a pocos kilómetros de su lugar de nacimiento.

Pulcramente vestido con chaqueta azul, chaleco oscuro y camisa blanca, Wilson se encuentra en la recién completada zona de exposición en la sede de M-Sport, en Dovenby Hall. Está rodeado de otra constante en su vida: modelos Ford. Hay varios Sierra y Escort RS Cosworth, y el único RS1700T de calle que existe, tres coches que ayudó a desarrollar como coches de rally para Ford, además de dos coches de WRC fabricados por M-Sport que fueron ganadores desde el principio y las dos versiones de calle del Ford GT.

“Mi primer recuerdo sobre coches es de un Ford”, comenta Wilson. “El primer coche que conduje fue un Ford Popular. Debía tener ocho años. Mis padres no estaban y mi niñera obviamente tenía interés en que condujera, con cojines en el asiento y esas cosas”.

Desde que nació estuvo unido a los coches

Los padres de Wilson gestionaban un desguace y cuando no estaba en el colegio solía trabajar allí. “La gente llegaba con Ford Anglia o Cortina, con ruedas anchas, buscando comprar motores 1500 GT. Cuando tenía unos 10 años, estaba hablando con un par de tipos que se encontraban sacando un motor y me dijeron: ‘Esta noche tenemos un rally, ven con nosotros atrás si quieres’. Así que se lo dije a mi madre y me contestó: ‘¡No, no vas a ir!’. Y yo respondí: ‘Sí voy a ir’”.

“No me lo podía creer. En el primer cruce el tío puso el coche de lado y eso me enganchó completamente a las carreras. Aprovechaba cualquier oportunidad para conducir”. Wilson tuvo su primer éxito en autocross con unos 13 años, en un Mini Cooper que llegó siniestro total. “Había volcado pero todavía se podía conducir. Recuerdo sacar el soplete, cortar las aletas delanteras y montar ruedas Hillman Imp de 12 pulgadas con neumáticos que creo se llamaban ‘Town and Country’.

Conseguí el tiempo más rápido del día y el premio eran 20 litros de aceite Duckhams”. En aquel momento, el éxito era fortuito: “La cosa era la emoción de conducir. Y siempre venían bien 20 litros de aceite Duckhams”.

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Wilson persiguiendo títulos nacionales de rally en 1977 y 1978.

Tras aprobar el carnet a los 17 años, su primer coche fue un viejo Morris Minor, que fue sólo un sustituto mientras reparaba un Lancia Fulvia 1.6 HF Lusso. “Era un coche demo de un concesionario que alguien volcó, así que se lo compramos a la aseguradora”. Pronto un Cortina GT sustituyó al Morris, vendido unos días después y reemplazado por un Cortina 1600E, que a su vez se vendió un mes más tarde aproximadamente. El Lancia reparado fue el coche de calle de Wilson durante un año, antes de que llegaran más Ford, esta vez una sucesión de Escort RS2000 y Mexico.

Rápido empezó a competir en rallyes

Su primer rally fue el Peak Revs Road Rally de 1973, en el que acabó primero entre los novatos en un Escort 1300 construido por él mismo. Después se pasó al bosque. Le gustaba el reto de rodar por una superficie deslizante y logró resultados impresionantes desde el principio. “Compraba y vendía recambios. Vi que podía hacer dinero comprando coches de rally y despiezándolos. Siempre había piezas que eran nuevas y me las quedaba para poder mantener mi propio coche en muy buen estado”.

Pronto Ford se fijó en él y le ofrecieron un Escort RS2000 ‘Droopsnoot’ de Grupo 1. “No me pagaban por correr, pero Ford ponía el coche y yo lo mantenía, y corrí el Campeonato Británico de 1977, ganando el Grupo 1 dos años seguidos. Empecé a recibir propuestas de gente que quería que preparara sus coches, así que hice una ampliación del taller que tenía en el desguace de mis padres y arranqué Malcolm Wilson Motorsport en agosto de 1979”.

Ford Escort RS de rallyes
En 1981, Wilson logró pilotar un Escort RS con el equipo Rothmans del WRC y se convirtió en piloto de pruebas oficial Ford.

Para 1980, Wilson pasó a la máxima categoría en un Escort RS1800, con patrocinio de Total Oil y apoyo de Ford. En el Rally de Escocia de ese año iba volando, llegando a ser tercero y acercándose a Ari Vatanen y Hannu Mikkola, ambos también en Escort RS1800. Entonces tuvo el mayor accidente de su carrera.

“Ocurrió en el pretil de un puente, en medio de la nada. El coche acabó sobre su lateral. Mi copiloto salió y fue a avisar al siguiente coche, y yo salí por el parabrisas, todavía en shock, y vi el filtro de aire en llamas, volví a entrar a por el extintor y lo apagué. Después miré para abajo y vi mi tobillo como una pelota…”.

Wilson se había roto ambos tobillos, el derecho de forma especialmente severa. Sólo había un espectador allí que, increíblemente, resultó ser médico. En el hospital de Inverness le hicieron una radiografía. “El cirujano me dijo: ‘Lo único que podemos hacer es poner escayola, pero he de decirte que nunca volverás a andar bien’. Yo respondí: ‘No puedo aceptar eso’.

‘TUVO SU PRIMER ÉXITO EN AUTOCROSS CON UNOS 13 AÑOS’

Un segundo cirujano opinó lo mismo, así que le dije a mi padre: ‘Venga, papá, haz algo, ¡llévame a Londres! Es mi vida, mi carrera’. El segundo cirujano respondió: ‘Hay un especialista en Nairn que trata a todos los esquiadores, si estás preparado para esperar…’”.

“Finalmente, apareció. Se trataba de un tipo alto, que entró con una evidente cojera. Tenía una pierna de madera. Y pensé: ¡Noooo! Observó las radiografías. Primero la derecha y, después, la izquierda, con la que se tiró un buen rato. Le dije: ‘Mira, es el derecho el que está peor’. Y se giró y me respondió: ‘Puedo arreglar el derecho. Sólo estoy mirando el izquierdo por si hay algún daño que no esté viendo’. Eso me calló”.

“Entonces, le preguntó a la enfermera si el quirófano estaba libre, y esta respondió que sí, así que dijo: ‘Venga, llevémoslo dentro’. Y yo advertí: ‘¡Wo, wo, para! Necesito saber si va a quedar bien’. Y él me dijo: ‘Te puedo asegurar que estarás bien’. Y lo estuve”.

Aquello supuso un parón temporal. Wilson estaba compitiendo sólo cuatro meses después, empujado por una oferta de David Richards para conducir junto a Henri Toivonen en el equipo Rothmans del WRC. Después se convirtió en el piloto de pruebas oficial de Ford, desarrollando el RS1700T, sucesor del Escort Mk2. “Tenía un motor DBA y un cambio Hewland transaxle detrás para contribuir al reparto de pesos, y era entre 1 y 2 segundos más rápido por kilómetro que el Mk2, pero en 1982 Stuart Turner volvió como jefe de motorsport y desechó el proyecto, lo cual frenó mi carrera”.

Wilson siguió trabajando con Ford pero, mientras estos solucionaban sus problemas, él invirtió en sí mismo, compitiendo en un Audi Quattro, el coche que en parte persuadió a Turner para cancelar el Ford Escort RS1700T.

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Wilson y su copiloto Nigel Harris en acción, en el espectacular pero nada fiable Metro 6R4 de Grupo B, en 1986.

Después firmó para pilotar el MG Metro 6R4 junto a Tony Pond en 1986. El Metro demostró ser frustrantemente poco fiable. Al mismo tiempo, Wilson estaba desarrollando el RS200 para Ford, pero entonces el Grupo B se canceló tras la trágica pérdida de Henri Toivonen y Sergio Cresta en Córcega.

A continuación, vino el desarrollo del Sierra RS Cosworth 4×4 y del Escort RS Cosworth y, aunque los resultados para él no fueron inminentes en WRC, en 1994 finalmente ganó el Campeonato Británico con el Escort. Fue la culminación de una larga ambición y le hizo más fácil apartarse de la conducción y poner toda su atención en el negocio.

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Wilson rumbo a su Campeonato Británico de 1994 en el Escort Cosworth.

Un equipo con muchos éxitos

A principios de 1996, Ford estaba buscando externalizar el programa WRC. Habíamos ganado once campeonatos en tres años, entre 1993 y 1995, llevando algunos programas regionales de Ford: Ford Italia, Ford Portugal, Ford Grecia, Ford Oriente Medio, y yo mismo en el Campeonato Británico, y de ahí el interés en que hiciéramos nosotros el programa».

«En un principio lo acordamos, pero después la directiva pensó que no sería posible llevar un equipo WRC desde Cumbria. Me preguntaron si lo llevaría desde Boreham. Acepté, pero después una noche de domingo, hablando con mi mujer Elaine, pensamos que aunque realmente quería el trabajo, no me podía ir. Así que el lunes fue una llamada de teléfono difícil: ‘Lo siento. Voy a tener que rechazarlo’”.

“Así que seguimos con lo nuestro. En agosto fuimos al Rally de Finlandia con dos equipos privados y terminamos en el podio, terceros con Jarmo Kytölehto. Fue un momento mágico. Los Escort oficiales de Carlos Sainz y Bruno Thiry no dieron la talla. Ford volvió a contactar con nosotros y, una semana antes del RAC, se anunció que nos encargaríamos del programa. Estoy muy orgulloso de llevar 25 años consecutivos trabajando con Ford Motor Company, haciendo los coches de WRC”.

“Llevaba todo desde mi casa, una granja reconvertida. Pero estaba buscando otro lugar porque nos estábamos quedando sin espacio y, aunque entonces ya se trabajaba 24 horas al día, tener el negocio en casa sí que suponía estar pendiente de él las 24 horas. Lo más fácil habría sido ir a alguna nave disponible, pero quería crear algo que diera al programa verdadera credibilidad. Irónicamente, no pude encontrar el lugar adecuado y casi acabamos mudándonos fuera de la zona. Entonces vi Dovenby Hall y supe que era el sitio adecuado y que tenía que estar aquí”.

“Son 46,5 hectáreas, así que nos ha dado libertad para expandirnos y construir un circuito. La casa está considerada de interés especial y el taller tiene la misma superficie que el jardín amurallado. Nos mudamos en el año 2000 y los dos primeros coches fabricados aquí acabaron primero y segundo en el Rally Acrópolis con Colin McRae y Carlos Sainz”.

Bentley programa GT3 e1654524399782

¿Y cómo acabó M-Sport llevando también el programa GT3 de Bentley? “Era 2013 y, totalmente de la nada, Brian Gush, director de chasis, motores y competición de Bentley, me llamó y fue atendido por mi asistente. Es difícil hablar conmigo. Llamó de nuevo y yo seguía sin estar disponible. Dejó sus datos y, para cuando volví, mi asistente había buscado su nombre en Google y me dijo: ‘Tienes que llamar a este número’”.

“Así que llamé a Gush, y me comentó: ‘Queremos hacer un programa de competición’. Yo le contesté: ‘Verás, seré honesto, no tenemos historial en carreras, somos 100 % rally’. A lo que me dijo: ‘Lo sé. He estado mirando tu empresa y creo que hay muchas similitudes entre las carreras de resistencia y los rallyes. Me gustaría llevar un equipo a ver tus instalaciones’. ‘Sin problema, ¿cuándo?’, contesté. ‘Mañana’, espetó. Y dije que sí, que bien.

‘EL PROGRAMA GT3 DE BENTLEY SURGIÓ DE LA NADA’

Les hice la habitual visita a las instalaciones y Gush me indicó: ‘Me gustaría traer a mi presidente, director de ingeniería y responsable de finanzas’. Una semana más tarde vinieron todos e hice la misma visita. Después pasamos a la sala de reuniones y el presidente, Wolfgang Schreiber, vino hacia mí y me dijo: ‘Me gustaría darte la mano, es la confirmación de que tenemos un trato’. Y eso fue todo”.

“No necesitamos contratar a nadie nuevo, utilizamos las habilidades de toda la gente que teníamos. A decir verdad, mi director técnico en la época, Christian Loriaux, había estado haciendo presión para que entráramos en GT3. Por supuesto, yo aún era 100 % rally, visión de túnel, pero el timing fue perfecto. Fue un desafío nuevo fantástico para nosotros. El motor es Bentley, al igual que la estructura principal del chasis, pero el resto lo hemos hecho nosotros. Y después llegar y ganar la segunda carrera de nuestro primer año fue extraordinario”.

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Con Sébastien Ogier y Julien Ingrassia sobre el techo del Ford Fiesta WRC tras la victoria en Australia en el WRC 2018.

¿En qué se diferencian los pilotos de rally y circuito? “Los pilotos de rally han de ser mucho más versátiles y entender muchas más cosas. Los rallyes son más un equilibrio; nunca puedes tener el coche perfecto para cada etapa, mientras que los pilotos de circuito quieren el coche perfecto para cada curva de los tres kilómetros de pista, o lo que sea. Pero aprendemos de ambos. He trabajado con casi todos los mejores pilotos de la parte de rally. Probablemente con el que más he disfrutado trabajando es Sébastien Ogier. Tuvimos dos años fantásticos con él en 2017 y 2018. Tengo mucho respeto por la forma en que hace todo; cómo conduce, cómo lleva sus negocios, su entrega”.

M-Sport tiene un genial récord de fabricar coches que ganan desde el principio, y el Ford Puma híbrido de este año ha sido el último, pero también supuso una revelación para Wilson. “Tras el rally de Monte-Carlo de este año, con Sébastien Loeb pilotando nuestro Puma, supe por qué perdimos nueve campeonatos consecutivos contra él. Al ver lo bueno que es, hay cierta satisfacción al saber que debimos haber fabricado coches muy buenos durante años para acercarnos tanto a arrebatarle títulos”.

“No hay otro deportista de élite que haya sido capaz de hacer lo que ha hecho él. Dos años después de su último World Rally, con nuevo copiloto y con 47 años. Es talento natural pero también es listo. Juha Kankkunen y Colin McRae son dos de los pilotos más innatos, pero Loeb es talentoso, inteligente e imperturbable. Se bajaba del coche muy relajado, liderando Monte-Carlo con un coche nuevo, un copiloto nuevo y frente a los mejores”.

“Fui a conducir el Puma a un bosque donde lo estaban probando y, he de ser franco, me asustó la velocidad. Normalmente conduzco cada coche sólo por saber si hay algo que creo que esté mal a nivel fundamental, pero cuando lo vi supe desde fuera que es un coche especial. Ganar en su debut en el rally más famoso del mundo es una sensación increíble. No hay nada igual… salvo por 2017, cuando lo ganamos todo en 15 minutos: el campeonato de pilotos, el de constructores, el de copilotos y el rally en cuestión”.

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¿Coche de rally favorito? “No hay ninguna duda: el Escort Mk2. Era simplemente increíble. El sonido te ponía los pelos de punta pero podías hacer de todo con el coche. Era como un juguete con el que jugar… aunque también tenías muchos accidentes. Cuando conduces otras cosas y vuelves al Escort, piensas: ‘¿Por qué tuve siquiera accidentes?’”.

Y, aun así, ¿no hay ninguno en exposición? “Tengo uno en casa”, afirma Wilson avergonzado. “Fuimos los primeros en hacer un rally de tierra después del covid, Return to Rally, en agosto de 2020. Yo llevaba el coche cero. Lo triste es que es el coche con el que gané el Rally Roger Albert Clark de 2008, y nunca le di ni un toque. Y era un tramo recto de carretera, además, lo cual es todavía peo».

«Salí de una curva, un poco abierto, y pensé que podía seguir. Pero había una especie de terraplén y no tengo tanta fuerza como antes. La rueda se metió en el bache, me arrancó el volante de entre las manos y nos fuimos a los árboles”. Al menos conoce a gente que puede arreglarlo.