El Ford Explorer nació en 1990 (UN46), y su segunda generación (UN105/150) estuvo a la venta en España entre 1995 y 2001. Desde entonces no había regresado a nuestro mercado hasta que a finales de 2020 se puso a la venta la sexta iteración (UN625), que recurre a una arquitectura clásica, con chasis de largueros y travesaños, motor longitudinal y carrocería independiente de 5,06 metros de longitud.
Su llegada a España tiene mucho que ver con su sistema de propulsión híbrido enchufable (única opción en nuestro mercado), que le permite disponer de etiqueta Cero, rebajar la media de emisiones de la gama y ofrecer un SUV premium muy bien equipado a un precio muy competitivo.
Así, el Ford Explorer combina un motor 3.0 V6 turbo con un motor eléctrico y un cambio de 10 velocidades a cuya salida se sitúa una caja tránsfer que puede enviar el par disponible a las cuatro ruedas de forma permanente. El sistema ofrece 457 CV y homologa 42 kilómetros de autonomía puramente eléctrica.
En el interior encontramos un amplio habitáculo de tres filas de asientos, un maletero muy capaz si renunciamos a la tercera fila y un equipamiento en el que no faltan la tapicería de cuero o los asientos delanteros eléctricos calefactados y ventilados. Además, a pesar de no tener reductora, es un vehículo perfectamente adaptado al uso frecuente fuera del asfalto.
