La industria de los kit car está muy desarrollada en algunos mercados –por ejemplo, el británico–, aunque tradicionalmente se ha centrado en modelos deportivos. Desde la irrupción del espectacular y mastodóntico Humvee en el panorama automovilístico afloraron las empresas dedicadas a la fabricación, comerecialización y montaje de kits de conversión.
La operacion es relativametne sencilla. Se toma como base un vehículo que se compatible con el kit –generalmente los pick up americanos más populares–, se le despoja de su carrocería original y se monta la nueva carrocería de fibra. A partir de aquí se puede personalizar el vehíulo casi hasta el infinito y los kits pueden ser cada vez más completos, incluyendo incluso cambios de motor.
La empresa Urban Gorilla, radicada en Utah (EE.UU) ofrece desde hace 15 años kits de carrocería par transformar un Ford Ranger, por ejemplo, en un flamante Hummer H1. El precio de este kit arranca en los 4.995 dóalres –unos 3.900 euros–, para el modelo sin puertas y a partir de ahí se va encareciendo. Esta empresa entrega el kit para que lo ensamble el cliente o bien entregan el vehículo finalizado. Eso sí, el coche que sirve de base, lo tiene que facilitar el cliente.
La empresa autraliana Rhino Buggies, comercializa dos kits para ensamblar que dan lugar a dos modelos bautizados como Hammer y Blizzard. En este caso los kits han sido diseñados para montarse, principalmente sobre los clásicos Nissan Patrol GR y los Toyota HDJ80.
Recientemente AM General –la marca propietaria de los derechos del Humvee– hizo pública su intención de comercializar un cmpleto kit de carrocería por 46.000 euros, a los que habría que sumar una planta motriz y una transmisión por los que el precio se podría elevar hasta los 58.000 euros. Teniendo en cuenta que, en 2005, un Hummer H1 Alpha costaba unos 108.000 euros, no parece que salga tan caro.