Prueba del Mercedes G 350d
Parece magia, pero es tecnología; tecnología empleada en buscar la excelencia fuera del asfalto. Si creías que la pérdida del eje delantero rígido había edulcorado al nuevo Clase G, agárrate bien, porque este G 350 d está dispuesto a demostrarte que es superior a su predecesor en absolutamente todos los aspectos. n
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Aunque es más grande y está mejor equipado, este clase g es150 kilos más ligero que el modelo al cual reemplaza.
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Un nuevo motor diésel de seis cilindros en línea y el cambio automático de nueve relaciones dotan al G de gran dinamismo.
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La profundidad de vadeo ha subido de 60 a 70 centímetros.
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En la anterior generación, el estado de la pista imponía el ritmo al que se podía circular. Con el eje delantero independiente se puede ir mucho más rápido, por lo que habrá que prestar mayor atención al terreno.
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El interior se ha homogeneizado con los demás modelos de Mercedes.
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Hay mucha más anchura en el interior, lo que se nota especialmente en las plazas traseras.
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Que no te asuste el mando de la interfaz que comunica al conductor con el vehículo. Es versátil e intuitivo, si bien tendremos que navegar por sus menús para acceder a algunas funciones que deberían tener mandos dedicados, como el reglaje de apoyo lumbar de los asientos.
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El cuadro digital opcional ofrece abundante información.
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Los mandos de los tres bloqueos continúan ahí.
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Tanto para acceder al vehículo como para sujetarse fuera del asfalto, el asidero del salpicadero resulta enormemente práctico.
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Los mandos de los asientos (ventilados y con sujeción activa, en opción) continúan situándose en las puertas.
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Los intermitentes sobre las aletas siguen siendo un rasgo icónico del Clase G, que ha perfilado su aerodinámica con infinidad de elementos rediseñados, como los espejos retrovisores redondeados, el parabrisas (más inclinado), las esquinas suavizadas de los faros o los propios aletines.
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Los intermitentes sobre las aletas siguen siendo un rasgo icónico del Clase G, que ha perfilado su aerodinámica con infinidad de elementos rediseñados, como los espejos retrovisores redondeados, el parabrisas (más inclinado), las esquinas suavizadas de los faros o los propios aletines.
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La unidad de pruebas montaba la llanta más grande disponible, con neumáticos Pirelli Scorpion Zero All Seasons 275/50-20 113V XL M+S. Aunque están pensados para asfalto y tienen un compuesto duro (como confirma su índice Treadwear 500), funcionaron dignamente en campo. No obstante, la medida de serie (265/60-18) es mucho más lógica para un vehículo como el Clase G, en el que siempre encontraremos una rueda de repuesto en el portón.
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Aunque nos habíamos acostumbrado al diésel V6, los “seis en línea” fueron habituales en Mercedes entre 1986 y 2006, y ahora vuelven a estar de moda por su mayor eficiencia.
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La admisión toma aire desde la parte más alta del frontal.
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La profundidad de vadeo ha subido de 60 a 70 centímetros. Por este motivo, los respiraderos de los diferenciales están canalizados hasta la zona más alta del vano motor.
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Rediseñar completamente el tren delantero ha sido todo un desafío. El triángulo inferior, en sus tres puntos de anclaje (dos al bastidor y otro a la mangueta de la rueda) y el amortiguador en sus dos puntos de anclaje (la torreta y la conexión con el triángulo inferior) son los puntos que absorben la mayor parte de las cargas, lo que ha exigido reinventar las conexiones de estos elementos con el chasis y dotar al bastidor de la necesaria rigidez. Fíjate en cómo se ha buscado anclar el triángulo a la mangueta por el punto más alto posible (justo por debajo del buje) para dejar los bajos despejados y permitir que la suspensión trabaje con una geometría lo más neutra posible. También puedes observar cómo el brazo que ancla el triángulo superior a la mangueta permite a la suspensión trabajar con una mínima variación en el ángulo de caída.
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Rediseñar completamente el tren delantero ha sido todo un desafío. El triángulo inferior, en sus tres puntos de anclaje (dos al bastidor y otro a la mangueta de la rueda) y el amortiguador en sus dos puntos de anclaje (la torreta y la conexión con el triángulo inferior) son los puntos que absorben la mayor parte de las cargas, lo que ha exigido reinventar las conexiones de estos elementos con el chasis y dotar al bastidor de la necesaria rigidez. Fíjate en cómo se ha buscado anclar el triángulo a la mangueta por el punto más alto posible (justo por debajo del buje) para dejar los bajos despejados y permitir que la suspensión trabaje con una geometría lo más neutra posible. También puedes observar cómo el brazo que ancla el triángulo superior a la mangueta permite a la suspensión trabajar con una mínima variación en el ángulo de caída.
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Rediseñar completamente el tren delantero ha sido todo un desafío. El triángulo inferior, en sus tres puntos de anclaje (dos al bastidor y otro a la mangueta de la rueda) y el amortiguador en sus dos puntos de anclaje (la torreta y la conexión con el triángulo inferior) son los puntos que absorben la mayor parte de las cargas, lo que ha exigido reinventar las conexiones de estos elementos con el chasis y dotar al bastidor de la necesaria rigidez. Fíjate en cómo se ha buscado anclar el triángulo a la mangueta por el punto más alto posible (justo por debajo del buje) para dejar los bajos despejados y permitir que la suspensión trabaje con una geometría lo más neutra posible. También puedes observar cómo el brazo que ancla el triángulo superior a la mangueta permite a la suspensión trabajar con una mínima variación en el ángulo de caída.
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Los intermitentes sobre las aletas siguen siendo un rasgo icónico del Clase G, que ha perfilado su aerodinámica con infinidad de elementos rediseñados, como los espejos retrovisores redondeados, el parabrisas (más inclinado), las esquinas suavizadas de los faros o los propios aletines.
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Los parachoques están bien adaptados al uso off-road sin renunciar a proporcionar un gran flujo de aire a los intercoolers.
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La medida del neumático de serie (265/60-18) es la más idónea para un vehículo como el Clase G, en el que siempre encontraremos una rueda de repuesto en el portón.