El precio de la gasolina se desploma por la baja demanda

El precio de los combustibles alcanza niveles de 2017. Su causa ha sido, además de desacuerdos políticos, la baja demanda que está teniendo en estos días de confinamiento debido al coronavirus.
El precio de los carburantes ha emprendido en estos últimos días una caída en picado, alcanzando cuotas que no veíamos desde el año 2017. Esto sucede justo en el ecuador del estado de alarma que vivimos actualmente a causa del coronavirus, con lo que los usuarios no pueden acceder a este descuento tan significativo. El precio final del carburante está determinado por muchos factores, como el precio del propio barril de crudo, la ley de la oferta y demanda, costes fijos y los impuestos. En el momento en el que alguno de estos fluctúa, el precio se ve directamente afectado.
El precio actual de la gasolina, según el Boletín Petrolero de la Unión Europea, se sitúa en 1,176 euros/litro, un 4,6% más bajo respecto a la semana pasada; mientras, el del gasóleo está en 1,084 euros/litro, un 3,8% por debajo. Desde el pasado mes de enero, el precio de la gasolina ha descendido significativamente con una caída total de un 10,91%; y en el caso del gasoil, en un 13,07%. Incluso, en algunas gasolinera de tipo low-cost, podemos toparnos con precios por debajo de un euro.
En el momento de escribir este artículo, el precio del barril de Brent se sitúa en 25,97 euros, esta marca de crudo es la referencia a nivel europeo. Este precio se posiciona un 60,4% por debajo que en el cierre de 2019, cuando este se situaba en unos 66 euros. Los motivos principales para esta merma en el precio por barril se debe a la imposibilidad de acordar recortes de producción entre Arabia Saudí y Rusia, así como el desplome de la demanda actual debido al estado de confinamiento.
Pero, ¿por qué no desciende el precio del combustible al mismo ritmo que el del crudo? La respuesta es simple: como he descrito anteriormente, el precio final depende de otros factores, y no únicamente del coste del barril de crudo. Los costes fijos forman un total aproximado de un 9,5% del precio; y así como los impuestos varían dependiendo de cada comunidad autónoma y provincia, además hay que añadir el IVA (+21%).
A pesar del estado de confinamiento endurecido para estas últimas dos semanas, las gasolineras continúan abiertas, pero para uso único y explícito del personal laboral imprescindible, es decir, sanitarios, transportistas o servicios de seguridad, los cuales dependen de un desplazamiento diario hasta su puesto, y por ende de un vehículo. El resto de personas no podremos vernos beneficiados de esta rebaja en el precio del carburante.
En caso de ser personal laboral imprescindible y de necesitar el repostaje de nuestro vehículo, la recomendación es minimizar al máximo el contacto con otras personas, así como mantener la distancia de seguridad. Y si se acude a una gasolinera de autoservicio, usar guantes y, posteriormente, desinfectarnos las manos. Además, en el momento de realizar el pago, que sea a través de la tarjeta de crédito.