La multinacional estadounidense adquirió la firma coreana Daewoo, y los rebautizó como Chevrolet para la mayoría de mercados. La mayoría de los Chevrolet que se venden en Europa proceden de las cinco fábricas que General Motors posee en Corea del Sur; entre todas, emplean a más de 17.000 trabajadores y producen más de 1,3 millones de vehículos, para el mercado interior y para exportar.
Akerson declaró en el programa «Squawk Box», del canal de noticias CNBC: «Hasta donde nos es posible, estamos elaborando planes de contingencia para proteger a nuestros empleados. Más allá de eso, es difícil traspasar la producción [a otras plantas]». Lo que sí puede suceder es que General Motors se vea obligada a abandonar el país a largo plazo si las cosas no se calman entre las dos Coreas: «Tienes que empezar a pensar en dónde encuentras la continuidad, el suministro y la seguridad de tus bienes y la de tus empleados. Es una preocupación para todos». El presidente de GM añadió que lo que suceda en Corea del Sur siempre tendrá un gran impacto en la industria automovilística a nivel mundial, y que General Motors está consultando a sus asesores acerca de cómo gestionar esta crisis.