El mecanismo de Hella se basa en el que ya existe en los vehículos híbridos para que el motor de combustión deje de funcionar y se circule en modo exclusivamente eléctrico: Hella calcula que, apagando el motor y desengranando la caja de cambios siempre que no haga falta producir más energía, se ahorraría un 10 % en el consumo de combustible. El motor se apagaría en las mismas situaciones en las que se apaga en los híbridos: Cuando se esté a punto de coronar una pendiente o cuando se ruede cuesta abajo, momentos en los que puede bastar con aprovechar la inercia.
El vehículo que contara con este sistema Start/Stop tendría dos baterías, lo que permitiría seguir suministrando energía a la dirección eléctrica y a los frenos aunque el motor esté apagado. Hella ya ha avanzado que trabaja en diferentes tipos de batería según las necesidades de cada usuario: Para el que ruede mucho por autopista, donde se activará y desactivará continuamente, lo mejor será el uso de condensadores de doble capa, mientras que para el resto bastará con una batería tradicional de iones de litio.
En opinión de Hella, lo más difícil será que a los consumidores les parezca una tecnología segura y efectiva. Esto último sobre todo en Estados Unidos, donde los sistemas de arranque/parada no están tan generalizados como en Europa, debido en gran parte a que la EPA, la agencia gubernamental de protección del medio ambiente que se encarga de medir los consumos, apenas ha detectado diferencia entre lo que gasta un coche con mecanismo Start/Stop o sin él. En cambio, en las homologaciones europeas sí se ha apreciado.