Todos seguimos conmocionados por el fallecimiento de dos bomberos en la localidad madrileña de Alcorcón cuando trataban de sofocar el incendio de un Porsche Panamera híbrido enchufable en un garaje. Y, desde entonces, se ha avivado la polémica sobre el riesgo de incendio de los coches eléctricos o electrificados.
Numerosos medios no tardaron en sacar diversos informes indicando que al año arden muchos más coches de combustión que eléctricos. Es normal, pues hay muchos más coches térmicos que eléctricos en el mundo.
Ante la obviedad, empezaron a aparecer otros informes que ya hablaban de que el porcentaje de térmicos que salían ardiendo era muy superior al de los coches eléctricos. Yo he tratado de buscar informes serios al respecto, pero no los he encontrado. Si alguien tiene uno serio de verdad, que me lo envíe, por favor, que yo no he sido capaz de encontrarlo.
Pero independientemente de eso, la cuestión no es sólo cuál de los dos arde más. Lo verdaderamente importante es saber por qué arden, cómo arden y dónde y cuándo arden. Porque una cosa es que a lo largo de tu vida te salgan 20 lunares con aspecto sospechoso en alguna parte de tu cuerpo y te los quiten sin que haya más problema, y otro es que te salga un tumor en el páncreas y te mueras en un mes.
Veamos. ¿Por qué arde un coche con motor térmico? Hay diferentes posibilidades, pero las fugas de aceite o de carburante durante la conducción son uno de los principales motivos. Si se produce una fuga cuando el coche está parado y con el motor frío, no va a pasar absolutamente nada. Pero si ocurre en marcha, cuando por ejemplo el colector de escape está muy caliente y el aceite o el combustible cae sobre él, puede producirse un incendio. Puede haber otros motivos, como accidentes, cortocircuitos, etc., pero en estos casos el riesgo puede ser el mismo que en un eléctrico.

En un coche eléctrico, en cambio, esto no puede suceder. Básicamente, el incendio puede producirse por algún problema en la batería. En principio, y dadas las medidas de seguridad que tienen, parece muy poco probable que ocurra un incendio, pero la práctica nos está enseñando que no es tan difícil que se produzca un problema que acabe en un incendio.
Por tanto, en un coche eléctrico se da la particularidad de que puede producirse el incendio por ejemplo durante la carga, cuando el coche está aparcado. Y esto es un problema a tener en cuenta porque este cuándo nos lleva al dónde. Si el incendio se produce al aire libre, en principio es más fácil para los servicios de emergencias tanto extinguir el incendio como acordonar la zona, y los problemas con el humo se reducen de manera muy significativa por motivos obvios.
En cambio, un incendio en un garaje es mucho más difícil de sofocar. Cierto que en los edificios hay extintores, pero son poco útiles para un incendio de esa envergadura. Y, por supuesto, las dificultades que existen para que los bomberos puedan acceder son mucho mayores que en una carretera, pues normalmente los camiones de bomberos no caben en un garaje de ese tipo, por no hablar de los problemas que puede generar el humo en unas instalaciones cerradas y con poca ventilación.
Por último, hay que tener en cuenta que, además, el incendio de un coche eléctrico con un batería de iones de litio, las más habituales, es mucho más virulento y difícil de apagar que el de un coche con motor de combustión, de manera que hace falta más tiempo y más recursos para poder extinguirlo.
Con todo, está claro que es urgente que exista un protocolo de seguridad especifico para este nuevo escenario que se plantea con los coches eléctricos, y más aún cuando se supone que serán los coches del futuro. Serán casos puntuales, pero se pueden dar. También es muy difícil que se caiga un avión, pero no por ello, antes de despegar, las azafatas siempre explican qué hacer en caso de emergencia…
Porque no olvidemos una cosa: aunque desconocemos las causas, el incendio de Alcorcón fue de un coche híbrido enchufable con una batería que no llega a los 20 kWh, cuando lo habitual ya en cualquier coche 100% eléctrico es que triplique fácilmente esa capacidad, por lo que la extinción de un incendio de un coche eléctrico habría sido previsiblemente mucho más compleja.