La Isla de Man es conocida en todo el mundo por ser la sede de la que está considerada como la carrera de motos más peligrosa del mundo. Y es que en el ‘Tourist Trophy’, que ya se ha celebrado en cien ocasiones, han fallecido 240 pilotos. Ahora, la pequeña isla, dependiente de la corona británica quiere convertirse en lugar de pruebas para los coches autónomos.
«Tener coches autónomos probándose en la isla podría mejorar nuestra reputación innovadora», asegura Allan Bell, ministro principal de la Isla de Man. «Nuestra geografía es también una ventaja. Puedes ir desde un entorno urbano bastante complejo a una carretera desierta en menos de diez minutos», añade el ministro.
Las leyes de la Isla de Man ya permiten circular a este tipo de vehículos por los 572 kilómetros cuadrados del territorio que ocupa la isla, pero Allan Bell quiere ir más allá y planea aprobar un código de prácticas este mismo verano con el fin de atraer a las compañías para que puedan comenzar a realizar sus pruebas lo antes posible. Además, se está pensando en qué incentivos pueden seducir a la industria de la automoción para acudir a la isla europea.
No obstante, es curioso que el mismo territorio que aspira a convertirse en la cuna de los coches autónomos siguen circulando locomotoras a vapor e incluso los turistas se desplazaban hasta hace unos días en tranvías de caballos, un servicio que operaba desde 1876 y que el ministro de Transporte, Phil Gawne, también planea recuperar.
De Silicon Valley a la Isla de Man
Este intento de atraer a las compañía del automóvil para realizar pruebas de coches autónomos ha metido a la pequeña Isla de Man en una lucha de gigantes, pues se enfrenta a ciudades como California o Nevada, que ya van por delante y aprobaron leyes hace tiempo para esta misma cuestión.
Reino Unido presentó el año pasado un primer código de prácticas para animar a las empresas a realizar sus ensayos con vehículos autónomos en su territorio. Alemania ya ha realizado pruebas con camiones Daimler, la Agencia de Transporte de Suecia también permite ya la circulación de estos vehículos y Países Bajos promovió los ensayos a gran escala. A todos ellos se suma España. De hecho, pocos días después de que la DGT estableciera el marco para la realización de pruebas con coches autónomos, Peugeot mando de Vigo a Madrid un coche sin conductor con éxito.