En Montgomery Township, un pequeño municipio del estado de Pensilvania (EE.UU.), la lucha contra el exceso de velocidad ha tomado un rumbo inesperado… y bastante visual. A partir de abril de 2025, los conductores que circulan por Gray Lane, una tranquila calle residencial, se han encontrado con una sorpresa: líneas onduladas pintadas directamente sobre el asfalto que recorren todo el trazado central de la vía.
Según informan medios internacionales, algunos vecinos pensaron al principio que se trataba de una broma del April Fool’s Day —el equivalente estadounidense del Día de los Santos Inocentes—, lo cierto es que se trata de una medida oficial impulsada por la administración local para reducir la velocidad media en una carretera donde las infracciones eran constantes.
Un intento creativo tras múltiples fracasos
El problema en Montgomery Township no era nuevo. Durante los últimos meses, los vecinos de la zona habían mostrado su preocupación por la elevada velocidad a la que circulaban algunos vehículos. La administración local ya había instalado señales adicionales de límite de velocidad y había intensificado los controles policiales con radares. Sin embargo, estas medidas no lograron reducir de forma permanente el tráfico en esta carretera urbana.

Además, el municipio aclaró que no era posible utilizar los tradicionales badenes o reductores de velocidad físicos, debido a las condiciones estructurales del entorno. Por ello, la solución adoptada busca una alternativa visual, basada en marcas viales que alteran la percepción de la carretera.
Efecto psicológico al volante
La solución llegó desde un enfoque completamente distinto: actuar sobre la percepción del conductor en lugar de sobre el vehículo. Las líneas onduladas pintadas en la carretera, lejos de tener un efecto físico, apelan al subconsciente. Al alterar la geometría visual de la carretera, el cerebro del conductor percibe una irregularidad o una anomalía que invita —aunque sea de forma inconsciente— a levantar el pie del acelerador.
Este tipo de recursos no es nuevo en el mundo de la seguridad vial. De hecho, en países como Japón o Reino Unido se han probado técnicas similares, como franjas que emiten sonido al pasar por ellas o zonas de color diferente antes de curvas peligrosas. Sin embargo, el uso de líneas onduladas en la carretera como única herramienta es una novedad en EE.UU., lo que ha generado tanto curiosidad como controversia.

La medida se implementó sin previo aviso, lo que sorprendió a buena parte del vecindario. Algunos pensaron que los operarios se habían equivocado o que habían pintado las líneas bajo los efectos del alcohol. Otros, directamente, creyeron que se trataba de una broma.
Pese al revuelo inicial, la medida se mantiene en vigor y la administración confía en su eficacia. Estas líneas de forma ondulada recorren el centro del carril y buscan inducir una reacción de precaución, al romper la imagen convencional de una vía recta y regular.
Si no funciona, habrá medidas más drásticas
Las autoridades locales han admitido que se trata de una prueba. En caso de que las líneas onduladas no generen la reducción de velocidad deseada, ya se contemplan otras acciones: limitar el acceso a la calle mediante bolardos o aplicar cambios estructurales en el trazado.
La clave, aseguran, está en preservar la seguridad sin comprometer la accesibilidad, especialmente en zonas residenciales donde conviven niños, mayores y tráfico rodado. En ese sentido, esta peculiar solución demuestra que a veces, lo más efectivo no es lo más obvio… ni lo más recto.
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