Como no podía ser de otro modo, Daimler seguirá proveyendo a los ejércitos y a las diferentes agencias gubernamentales con variantes “duras” del Mercedes Clase G. Ahora bien, tras la reciente renovación de las variantes civiles, quedaba por ver si los nuevos Clase G militares seguirían basándose en el chasis clásico de las series W460 y W461 (el original, evolucionado a partir del diseño original, de 1979) o si por el contrario se emplearía alguna de sus “secuelas”: la W463, nacida en 1990, o la más reciente (igualmente llamada W463), de 2018.
Finalmente, ya hemos salido de dudas, y los nuevos Clase G “duros” se basarán en el chasis clásico, lo que permite conservar sus correspondientes dos ejes rígidos, su habitual carrocería y su arquitectura eléctrica de 24 voltios.
Con motor diésel de 249 CV
Bajo el capó sí habrá importantes novedades, ya que el único motor disponible será el moderno diésel de seis cilindros en línea y 2,9 litros (OM656) sobrealimentado por turbocompresor que se monta también en los actuales G 350 d y G 400 d, si bien en el W464 la potencia se limita a 249 CV, mientras que el par máximo alcanza los 600 Nm. Sorprendentemente, el cambio, siempre automático, contará con ocho relaciones; ni las siete de la veterana 7G-Tronic ni las nueve de su vanguardista sucesora 9G-Tronic, lo que nos hace pensar en la adopción de la caja de cambios ZF8HP, si bien este extremo no ha sido confirmado aún por Daimler.
El Mercedes Clase G militar dispondrá además de faros LED con superficie anti-reflectante (un detalle especialmente importante para cumplir con las especificaciones OTAN), ruedas AT en llantas de 17 pulgadas y unos parachoques delanteros rediseñados para integrar la refrigeración de los intercoolers. Y ahora viene la mala noticia: Por el momento, no parece probable que se lancen versiones profesionales para el gran público.