Las normas anticontaminación cada vez más restrictivas, obligan a los fabricantes de vehículos a incorporar sistemas que reducen las emisiones contaminantes a la atmósfera.
La normativa EURO nace en 1988, pero es en el año 1992 cuando se hace mas restrictiva, obligando a reducir las emisiones a través de medidas especificas como la incorporación de catalizadores, la eliminación del plomo en las gasolinas, la reducción de cilindradas, el aumento del número de marchas en las cajas de cambio y el montaje de sensores y sondas para analizar los gases de escape.
La finalidad no es otra que reducir el régimen del motor y así bajar el consumo y la contaminación.
Un motor de gasolina tiene que tener una mezcla estequiométrica, que significa que debe quemar un gramo de gasolina por cada 14 gramos de aire, siendo una cifra que es estándar, ya que si no se respeta esa mezcla se puede producir una oxidación excesiva de los hidrocarburos en el interior del catalizador.
En el año 2008, la marca Volkswagen saca al mercado los motores TSI, Turbocharged Stratified Injection o inyección estratificada turbocargada, siendo una versión muy mejorada de los anteriores motores FSI.
Un motor TSI obtiene mayor potencia que los motores FSI, ya que, para un motor de 1.4 litros o 1.400 cc, puede desarrollar una mecánica de hasta 170 CV de potencia, debido a la incorporación de un turbocompresor y, en ocasiones, un compresor volumétrico.
¿Cómo funciona un motor TSI?

La diferencia entre un motor FSI y un TSI viene dada por la incorporación en este último de un turbocompresor y un compresor volumétrico -este segundo elemento no en todos los motores TSI-, que van a provocar que la entrada del aire al interior del cilindro se efectúe con una presión más elevada y así conseguir que el llenado del cilindro sea más eficiente.
Este tipo de motores tienen un funcionamiento sencillo y utiliza dos elementos principales para obtener máxima potencia con poca cilindrada.
La conjunción de un turbo que incorpora el motor y un compresor volumétrico, accionado por la correa auxiliar o correa de accesorios, permiten que el motor saque el máximo de potencia en cada ciclo de trabajo. A velocidades bajas cuando el vehículo va en marchas cortas como 1ª o 2ª, el llenado de los cilindros es mucho más lento, menos consumo de combustible y se consigue un rendimiento mucho más óptimo.
Cuando aumenta la velocidad y es más alta, el aire que entra por el circuito de admisión llena antes los cilindros y se optimiza la cantidad de aire mediante válvulas o mariposas colocadas en el conducto de admisión, trabajando a una menor presión que los motores TFSI posteriores, consiguiendo que con un motor más pequeño en cuanto a cilindrada se obtenga un mayor rendimiento.
Lo más importante de estos motores es que además de alcanzar mayor velocidad y una potencia más elevada, son capaces de reducir el consumo de combustible, con lo que se cumplen en la medida de lo posible las normativas anticontaminación cada vez más estrictas.
Síguenos en nuestras redes X, Facebook, TikTok e Instagram, o en nuestro canal de YouTube donde te ofrecemos contenidos exclusivos. Y si te apuntas a nuestra Newsletter recibirás las noticias más destacadas del motor.