El motor del RCZ-R es una versión modificada del 1.6 que propulsa a varios modelos de Peugeot, Mini y BMW. Se trata de un motor con bloque y culata de aluminio, inyección directa de gasolina y turbo 'de doble entrada' o Twin Scroll. Este tipo de turbocompresor es uno de los secretos de los motores turbo de inyección directa de gasolina y rendimiento elevado actuales.
Conducir el RCZ-R no representa ninguna dificultad. El comportamiento es dócil, previsible y absolutamente estable. Incluso peca de monótono. Los cambios para incrementar la motricidad y un autoblocante bien escogido hacen que acelerar a fondo en una curva nunca se torne un proceso angustioso o estresante, incluso sobre asfalto mojado. Tanto la suspensión como los asientos –de contorno muy dramático pero con pétalos blanditos– son muy confortables.
La 'planitud' de la curva de par del motor le resta dramatismo al propulsor, que se limita a empujar hasta el corte sin ninguna clase de fuegos artificiales. Con los kilómetros, te vas a acostumbrando a aprovechar más la zona media del cuentavueltas –basta que la aguja esté por encima de las 3.000 rpm para tener al motor funcionando a pleno rendimiento... no sólo en términos de par máximo, sino también en cuanto a mínimo lag.
El RCZ-R se podrá adquirir desde principios de 2014 por un precio de 39.900 euros. Es una tarifa que le coloca a la par del Audi TT 2.0 TFSI de 211 CV, que cuesta 38.810 euros... y que viene un poco escaso de equipamiento –un TT 2.0 TFSI bien equipado rondará los 42.000 euros, mientras que uno de potencia similar al RCZ-R, el 2.0 TFSI Quattro de 275 CV, es mucho más caro: 56.400 euros–.
Lo último |