Ya es tradición que en cada generación del 911, Porsche nos deleite con varias ediciones especiales que, en algunos casos, se convierten en objetos de deseo –y, por desgracia, también de especulación–. El último caso aún lo tenemos reciente, ya que en marzo de 2016 presentaron el sugerente Porsche 911 R, inspirado en el modelo homónino fabricado en 1967.
Apenas un año y medio más tarde, han vuelto a hacer otro homenaje a su pasado con el Carrera T –de Touring–, inspirado en el 911 T de 1968 del que os damos más información en la siguiente página. Para ello, han partido de la base más ´modesta´ de su gama, el Carrera con motor 3.0 biturbo de 370 CV, y aun así promete ser uno de los 911 más interesantes.
¿A qué se debe? Sobre todo, a la presencia de un diferencial autoblocante en el eje posterior y de una caja de cambios manual de seis velocidades –no de siete, como en otros 911– con relaciones extracortas y una palanca de menor tamaño.
Las prestaciones no varían en exceso –es 0,1 seg. más rápido que un Porsche Carrera en el 0-100 km/h–, aunque sí lo hace el consumo, que debido a los desarrollos más cortos de la transmisión aumenta en 1,2 l/100 km, situándose en 9,5 l/100 km; es decir, lo mismo que un Carrera 4 GTS con 450 CV.
También se han eliminado elementos superfluos, como los asientos traseros; mientras que los tiradores de las puertas se han reemplazado por unos de tela y la luneta y las ventanillas posteriores están realizados en un vidrio más ligero. Con el mismo fin, el equipamiento de serie es bastante más espartano, prescindiendo del sistema multimedia PCM –en su lugar queda un amplio y práctico hueco portaobjetos–, mientras que el volante deportivo prescinde de todo tipo de botones.
Por último, desde el punto de vista estético, el 911 Carrera T es fácil de identificar gracias a las inscripciones en los laterales y la parte trasera, las carcasas de los retrovisores Sport Design pintadas en gris metalizado y las llantas de aleación de 20″ –las mismas que equipa de serie el Carrera S– en color gris titanio.
Equipado… si quieres
Decantarse por este coche no implica que haya que renunciar obligatoriamente a las comodidades que brinda un Porsche 911. La configuración elegida por la marca prescinde de muchos elementos, si bien el cliente puede añadir, sin sobreprecio, el sistema multimedia Porsche Communication Management o la configuración original de cuatro asientos. También hay posibilidad de pedir la transmisión automática de doble embrague PDK, que reduce el consumo medio en 1 l/100 km y las emisiones a 190 gramos de CO2, de modo que baja un tramo en el impuesto de matriculación y cuesta 249 euros menos –124.010 euros–.
Su inspiración
El Porsche 911 T original se fabricó entre 1968 y 1973. En aquellos tiempos representaba el escalón de acceso a la gama, en sustitución del 912, con un precio aproximadamente un 10% menor al de un 911 S. Empleaba un bloque de 2.0 litros atmosférico con un carburador Weber que desarrollaba 110 CV de potencia, e iba asociado a una caja de cambios manual de cuatro velocidades. A partir del año 1970 su propulsor pasó a ser de 2.2 litros, lo cual aumentó su fuerza hasta los 130 CV. Al final de su vida comercial, en 1972, Porsche modificó su relación de compresión para que entregase 140 CV. Como curiosidad, se diferenciaba de los modelos de mayor potencia a través de su logo plateado en vez de dorado.
El rival del Porsche 911 Carrera T: Jaguar F-Type 3.0 S/C Coupé Aut.
El coupé británico también es de propulsión, mide prácticamente lo mismo y tiene un precio parecido al del 911T, con 4,48 m de largo –por los 4,49 m del alemán– y una tarifa de 114.000e –unos 10.000e menos–. Eso sí, sólo lo hay con cambio automático. Y aunque supera al Porsche en 30 CV de potencia, tarda 0,4 seg. en el 0-100 km/h, ya que pesa 94 kg más.