El titular de esta noticia puede parecer el argumento surrealista de una película de José Luis Berlanga, pero como se dice, a veces la realidad supera a la ficción. Y nos encontramos ante una de esas ocasiones.
Si te gustan los coches, seguro que alguna vez habrás oído hablar de Franco Sbarro. ¿No? Pues se trata de un diseñador italiano y afincado en Suiza, algo ‘extravagante’ (por ser políticamente correctos), que ha realizado diseños sobre multitud de vehículos (aquí puedes ver algunos de los más llamativos) desde que, en 1971, abriera su empresa de diseño.

Siendo un diseñador independiente y casi casi de culto, la especialidad de Sbarro siempre fueron y han sido los one off, esto es, vehículos especiales de los que sólo se ha creado una unidad. Y el Sbarro GT1 del que estamos hablando no es distinto.
Sbarro GT1: cómo es este coche único
El Sbarro GT1 es un espectacular deportivo biplaza de 2,20 metros de anchura, 5,25 m de longitud y con una altura de sólo 1,15 m de ancho… sin contar la que le proporciona su enorme alerón trasero que, por supuesto, es regulable. Presentado en el Salón de Ginebra de 1999 como homenaje a la victoria de Mercedes en el campeonato de resistencia FIA GT de 1998, el Sbarro GT1 está realizado sobre la base de los históricos Mercedes CLK GTR que dominaron la categoría GT1 del Mundial de resistencia durante la década de los 90.
Sin embargo, el SbarroGT1 no lleva el motor del CLK GTR, un V12 atmosférico de 6.0 L y 600 CV; sino que Sbarro optó por adquirir un bloque Mercedes V8 6.3 L de 1968 y modificarlo con numerosas piezas de competición, aumentando su cilindrada hasta los 7.4 L y su potencia hasta los 450 CV; aunque se estima que, con las debidas modificaciones, podría alcanzar los 600 CV de potencia.


Sea como fuere, con ‘apenas’ 450 CV y 1.350 kg de peso, las prestaciones del Sbarro GT1 eran brutales para su época y más que buenas aún hoy día: una aceleración de 0 a 100 km/h en 4,9 segundos y una velocidad punta de 325 km/h.
Sbarro GT1: su historia… y cómo fue robado y recuperado en Murcia
La historia del GT1 es, por falta en detalles, tan misteriosa como la de tantos y tantos supercoches; de los que sus propietarios buscan las sensaciones de conducción y su exclusividad, pero rehúyen toda notoriedad.
Así, se conoce que el Sbarro GT1 fue comprado nada más acabar el Salón de Ginebra de 1999. Y nada más se supo de él hasta que, en 2010, fue puesto en subasta. Ocho años más tarde, el coche había llegado a España… y fue de nuevo subastado por un concesionario de coches de lujo situado en Marbella. Desde entonces, la pista de este coche único se había perdido hasta hace unos días, cuando saltó la noticia: había sido robado de un taller situado en Murcia.
La historia es rocambolesca. Según ha explicado la Guardia Civil, el propietario actual del vehículo dejó el mismo hace algunas semanas en un taller de Murcia para que le llevaran a cabo algunas revisiones, pero dada la buena relación con su taller, el propietario, que iba a ser intervenido quirúrgicamente, acordó con el propietario del negocio que el coche se quedara allí durante un tiempo.

Sin embargo, y hace unos días, dos personas se presentaron en el taller con la supuesta documentación que acreditaba a uno de ellos como dueño del vehículo y, pese a que ninguno de ellos era el propietario que lo había dejado allí; el taller se vio obligado a entregárselo. Cuando el legítimo propietario salió del hospital y se enteró de lo ocurrido, interpuso de inmediato una denuncia ante la Guardia Civil.
La Guardia Civil de Murcia puso en marcha un operativo de búsqueda y, en apenas unos días, descubrió que el coche estaba escondido en un garaje de una urbanización cercana a la ciudad. El coche fue incautado y trasladado a las dependencias oficiales de Tráfico en Murcia.
El comunicado de la Benemérita detalla que “el desarrollo de la operación condujo a los guardias civiles hasta los dos sospechosos de los delitos denunciados. Una vez obtenidos todos los indicios necesarios se ha localizado e investigado a un hombre, de edad avanzada, al que se le ha instruido diligencias como presunto autor de los delitos de apropiación indebida y falsedad documental. También se ha localizado a una segunda persona [una mujer], que acompañaba al primero cuando se apropió el vehículo del taller, que se le ha investigado como presunta autora de delito de falsedad documental, por introducir al trámite jurídico de la administración documentos de cambio de titular sin ser firmados ni tener el consentimiento del interesado».

El delito de apropiación indebida puede suponer penas de prisión de uno a seis años y el pago de una multa diaria durante un plazo de seis a doce meses, mientras que el delito de falsedad documental implica pena de cárcel durante de seis meses a tres años y, asimismo, el pago de una multa diaria también durante de seis a doce meses.
[sf_btn type=»newsletter» txt=»¿Quieres recibir nuestra newsletter? Haz clic aquí» url=»https://news.luike.com/registro-autofacil-luike-news»]