Ha sido el caso del Ford C-Max Hybrid el que finalmente ha llevado a la EPA a realizar cambios en su ciclo FTP-75. El objetivo es tener en cuenta la energía eléctrica almacenada en la homologación del consumo, algo que no sucede en Europa. Del C-Max Hybrid se descubrió que consumía un 8,5 % más de media de lo que inicialmente había homologado, y Ford ha tenido que indemnizar a sus compradores con 550 dólares -412 euros-.
«Éste es un problema con los vehículos híbridos que afecta a toda la industria», alega Raj Nair, jefe de producto global de Ford. «Hemos aprendido junto con la EPA que su ciclo de homologación genera algunas anomalías para los híbridos». En cualquier caso, Ford ya ha anunciado medidas para mejorar el consumo del C-Max Hybrid, como la incorporación de una parrilla que se cierre cuando no haya necesidades de refrigeración -contribuyendo a la aerodinámica- y retoques para que pueda circular a más velocidad en modo exclusivamente eléctrico. En cuanto a la EPA, ésta no ha especificado cuáles van a ser los próximos cambios en el ciclo FTP-75, pero sí que se centrarán en tener en cuenta la energía almacenada en las baterías y su capacidad.
A pesar de las quejas y de que va a cambiarse, el ciclo de homologación EPA está ampliamente considerado como el más estricto de todos; al menos, más que el ciclo NEDC que utiliza la Unión Europea. El ciclo EPA no se limita a las condiciones de laboratorio, y ya fue actualizado para incluir una prueba de conducción agresiva e incluso con el aire acondicionado en funcionamiento.
La EPA ha invitado a las asociaciones de consumidores y a los fabricantes a que realicen sugerencias para que las de consumo pruebas se acerquen más a la realidad del uso de los vehículos en el día a día.