La cosa que nunca revisas y que te puede sacar de un apuro

Madrugada de un sábado al domingo. Una carretera perdida por la España vaciada. No hay cobertura. Y, de repente, empiezas a notar que el coche se va hacia un lado y a escuchar un ruido que no es muy normal. Has pinchado una rueda. Bueno, no pasa nada: tienes una estupenda rueda de repuesto.

Te paras y buscar un lugar seguro. Hace un frío de mil demonios, pero no tardarás mucho en cambiar la rueda y continuar viaje. Abres el maletero, sacas el gato y la rueda de repuesto. Aflojas las tuercas, subes el coche con el gato, quitas las tuercas, sacas la rueda pinchada y pones la de repuesto. No lo has hecho tan rápido como un equipo de formula 1, pero qué carajo, no has tardado más de 10 minutos. Te has ganado un Bollycao. Por cierto, aquí te explicamos cómo cambiar una rueda.
Pones las tuercas, bajas el gato y… ¡la rueda está sin aire! Así que ahí estás, de noche, muerto de frío, sin cobertura y en mitad de la nada con una rueda de repuesto que no tiene aire porque nunca, jamás, en los 8 años que tiene tu coche, se te ha ocurrido siquiera revisar la presión que tenía.
Vale, lo reconozco: es una situación muy trágica, pero todos conocemos a Murphy y sus leyes… La cuestión es que esa posible situación se podría solucionar si revisásemos la presión de la rueda de repuesto cada cierto tiempo y comprobásemos también el estado de la propia rueda.
La presión se debería mirar cada vez que comprobamos la presión de los otros cuatro neumáticos. Pero, como ya nos vamos conociendo, nos podríamos confirmar con revisarla, al menos, cada vez que vayamos a iniciar un viaje, o cada 2-3 meses. ¡Ah! Y no te olvides de dejarla inflada por encima del máximo valor recomendado por el fabricante para tu coche. Por ejemplo, si te recomienda 2,8 bares en el eje trasero a máxima carga, deja la rueda de repuesto inflada a 3 bares.

¿Y el estado? Bueno, en este caso depende también de dónde vaya colocada la rueda. Hay coches, sobre todo con varios años, que la llevan en la parte posterior de los bajos del coche, por lo que están muy expuesta a la suciedad, los cambios de temperatura e, incluso, algún pequeño golpe. Si tu coche la lleva así, es especialmente importante que revisemos su estado de vez en cuando.
Por último, hay otro consejo que no debes descartar. Si vas a cambiar las ruedas de tu coche y alguna todavía está en buen estado y no está completamente desgastada, quizá podrías utilizarla de repuesto, en caso de que la que tengas lleve ya muchos años y, como te decíamos en el punto anterior, pueda presentar algún tipo de daño.