Que la tecnología y los coches son mundos cada vez más relacionados no es ninguna sorpresa, y menos tras la llegada de los últimos sistemas de asistencia a la conducción. Además, los sistemas de infoentretenimiento incluyen cada vez más funcionalidades que obligan a actualizaciones constantes. Uno de los referentes en este sentido es el fabricante estadounidense de vehículos eléctricos Tesla, quien lanzará actualizaciones cada doce o, como mucho, cada dieciocho meses para sus modelos, según ha afirmado el CEO de dicha empresa, Elon Musk.
Se trata de una buena noticia si tenemos en cuenta los peligros de que un coche esté totalmente informatizado, como el riesgo de ´hackeo´ o diversos fallos que puedan existir en su software. No obstante, esto no les hará tanta gracia a los propietarios de Tesla cuando descubran que, tras el paso de pocos años, su coche podría quedar obsoleto. Y es que las actualizaciones solo estarán disponibles para los últimos modelos, lo cual es comprensible si tenemos en cuenta que cualquiera de ellas necesitará un hardware ´a la última´ para funcionar correctamente.
Concretamente, Musk ha dicho que Tesla nunca dejará de innovar, y que aquellos que piensen así quizá estén comprando el coche equivocado. Lo cierto es que a pesar de mantenerse a la vanguardia de la tecnología, esto supone un contratiempo para los que gusten de tener siempre lo más moderno -a no ser que dispongan del dinero suficiente como para cambiar de coche cada poco tiempo-. De hecho, el ´Hardware 2´, una actualización estrenada recientemente, ha dejado a los Tesla de primera generación sin actualizar; y es que Musk ha declarado que para ello se deberían haber cambiado más de 300 piezas por unidad, algo completamente inviable.
Sea como fuere, esta estrategia recuerda inevitablemente a la seguida por los dispositivos de electrónica de consumo, como pueden ser los smartphones o las tablet, los cuales no conservan sus capacidades óptimas más allá de dos o tres años después de su compra.