El usuario que te mostramos a continuación estaba disfrutando de su Toyota GR Corolla Circuit Edition, una variante disponible en Estados Unidos que agrega elementos como un techo forjado de fibra de carbono, un alerón trasero o un capó con tomas de aire para ofrecer una mayor refrigeración a su motor de tricilíndrico turbo de 1.6 litros con 300 CV de potencia 370 Nm de par máximo. Sin embargo, lo que le sucedió en las semanas siguientes transformó su idilio en un auténtico infierno.
La pesadilla comenzó cuando Anthony Do, el usuario afectado, dejó su Toyota GR Corolla parado durante un mes. Cuando quiso volver a coger el coche, descubrió que su batería se había agotado. Esto el llevó a realizar una serie de comprobaciones para ver qué había sucedido. Para su sorpresa, un sistema GPS conectado a la entrada para la herramienta de diagnosis (OBDII) fue el causante de que la batería muriera.
Se trata de una práctica habitual que pueden realizar los concesionarios para ubicar el coche en caso de robo. Sin embargo, Do dejó claro que no quería este sistema en su Toyota GR Corolla, por lo que su sorpresa fue mayúscula al verlo ahí instalado. Un descubrimiento que arroja serias dudas sobre la transparencia de algunos concesionarios con ciertas prácticas que violan de manera flagrante la ley de protección de datos y que acarrea consecuencias legales.
El GPS no autorizado en el Toyota GR Corolla pone el foco en los concesionarios
La instalación no autorizada de este tipo de dispositivos GPS también tiene otra lectura, que no es otra que la de fines delictivos. Como señalan los compañeros del portal francés AutoPlus, un concesionario podría vender esta información para que terceras personas pudieran localizar el vehículo y, posteriormente, sustraerlo. Así mismo, estos datos también se pueden vender a terceros, como aseguradoras. De este modo, obteniendo datos del vehículo como la velocidad o las aceleraciones, se podría aumentar la póliza del conductor de este vehículo.

Al ofrecer una gran cantidad de información, esta práctica suscita muchas dudas en lo que a la protección de datos se refiere. Do también descubrió que había otros usuarios de Toyota GR Corolla con el mismo problema: un dispositivo GPS instalado sin autorización. Por eso mismo, y aunque no se trata de una práctica habitual en los concesionarios europeos, siempre conviene comprobar este aspecto en este tipo de vehículos deportivos.
Y ojo, es clave leer la letra pequeña de los contratos de compra, ya que en sus múltiples cláusulas, se puede estipular que este tipo de dispositivos deben estar instalados y totalmente operativos.
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