La llegada del buen tiempo y la gran cantidad de días festivos este año han hecho que se use más el coche como forma de desplazamiento hasta el lugar de vacaciones. Cuanto más tiempo pase el coche en la carretera, más aumentan las probabilidades de que el parabrisas se dañe. Y es que este elemento es uno de los que peor parados sale en los desplazamientos. No importa lo bien que esté la carretera, siempre salen despedidos elementos como piedras pequeñas. En la mayoría de los casos el parabrisas resiste, aunque todo depende del tamaño y la forma del objeto que impacta.
Si la piedra es lo suficientemente grande, a lo que se une el factor de la velocidad a la que se circula, se puede producir un impacto que deja una marca en el cristal en forma de estrella, el también conocido como ‘chinazo’. Si no se repara, dicho impacto puede pasar de unos pocos milímetros a terminar por romper de forma completa el parabrisas. Factores como los cambios bruscos de temperatura o los baches pueden provocar que la luna se rompa antes. Por eso mismo, al menor signo de daño, es conveniente acudir a un taller especialista.
Los talleres especializados en la reparación -o sustitución- de parabrisas suelen realizar este tipo de labores en una media de duración de unos 30 minutos y su precio es de unos 70 euros en el caso de reparación y de hasta 450 euros si se tiene que sustituir. En el caso de las reparaciones, dejan el cristal como nuevo, aunque si se observan de nuevo desperfectos, se puede volver a acudir al taller en cuestión, puesto que suelen ofrecer garantías de un año. Eso sí, el requisito para que no vuelvan a cobrar es que el desperfecto no se haya provocado por otro impacto tras las reparación.
Cuál es la multa por tener el parabrisas roto
El parabrisas delantero es la única superficie acristalada del vehículo que se puede reparar. En España, el Reglamento General de Circulación (RGC) establece que se deberá reparar un parabrisas si el impacto cumple los siguientes requisitos:
- El diámetro de la rotura no sea mayor de 2,5 cm
- No esté en el ángulo de visión del conductor
- Si no hay más de tres impactos diferentes
- Si la raja está a más de 2,5 cm del borde del cristal
El RGC no tiene una norma específica que indique claramente que no se puede conducir con un parabrisas con desperfectos. No obstante, las autoridades sí que pueden aplicar otras reglas para multar si la luna está en malas condiciones. Por ejemplo, pueden aplicar el artículo 19 del RGC, donde se indica que “la superficie acristalada del vehículo deberá permitir, en todo caso, la visibilidad diáfana del conductor sobre la vía por la que circule”.
Paralelamente, el artículo 18 del citado documento hace referencia a que el conductor tiene que “mantener el campo necesario de visión”. De esta forma, tener el parabrisas en mal estado puede acarrear una multa de hasta 200 euros -100 euros con pronto pago- sin detracción de puntos. En el peor de los casos, el vehículo puede llegar a ser inmovilizado al suponer un grave riesgo de seguridad vial para los ocupantes del mismo y el resto de usuarios de la vía. Hay que aclarar que hasta el más mínimo desperfecto -impacto, marca o raja- puede ser objeto de multa.
Los riesgos de conducir con el parabrisas dañado
Además de poder reducir la visibilidad de forma notable, los impactos pueden reducir las propiedades protectoras del parabrisas. Así mismo, en la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) puede ser motivo de un resultado desfavorable de la misma, por lo que tendrás que repararlo o sustituirlo para poder pasar la ITV satisfactoriamente.
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