Los argumentos que ha utilizado Anfac para defender su teoría pasan principalmente por la repercusión que la automoción ha tenido en la economía general española, siendo clave en la recuperación que ha permitido salir paulatinamente de la crisis. Además, España ha vuelto a situarse dentro de los diez países del mundo en cuanto a producción de automóviles, arrebatándole el octavo puesto a Brasil -se calcula que en el 2017 se fabricarán unos tres millones de vehículos-.
En este sentido, Anfac ha calificado la situación de «preocupante» dada la competencia europea por la fabricación de coches, ya que en el viejo continente existen 170 plantas de producción que luchan por conseguir elaborar los mismos modelos que en España. Asimismo, países como Francia, Alemania o Italia están desarrollando nuevas políticas industriales para adjudicarse la fabricación de todos los nuevos coches que saldrán al mercado durante los próximos 18 meses.
Igualmente, Anfac también ve prioritario incentivar la compra de coches con emisiones contaminantes bajas, ya sea eléctricos, híbridos o de gas. Del mismo modo, defiende la flexibilidad laboral como un elemento clave en la producción de coches nuevos, algo que ya se ha llevado a cabo durante los últimos años para mejorar el proceso de fabricación. Por último, recordemos que en España se elaboran actualmente 44 modelos y que en estos años nuestro país ha recibido inversiones de los fabricantes por un valor superior a los 10.000 millones de euros.