Prueba del Audi S3 Sedan: qué difícil es sacarle pegas

Puede que haya formas de cubrir terreno a toda velocidad de manera más exhibicionista y emocionante para tus sentidos. Se me ocurre, por ejemplo, el BMW M140i de anterior generación, tristemente retirada. Pero entre la competencia del Audi S3, yo diría que muy pocos se le pueden acercar en cuanto a ejecución. La forma en la que plasma su poderío mecánico sobre el asfalto es toda una masterclass de efectividad.
Como sabrás, el Audi S3 es una versión deportiva del Audi A3, pero no la más deportiva, pues por encima se sitúa el RS 3. Sin embargo, a mi modo de ver es la más sensata porque ya corre mucho, ofrece notables cualidades deportivas y es más utilizable a diario en cuanto a manejabilidad y consumo.

Así es el Audi S3
Emplea una mecánica 2.0 TFSI de 300 CV y 400 Nm asociado a una transmisión S-Tronic de doble embrague y siete velocidades. Se conecta a un sistema de tracción total conectable. Estando el motor colocado en posición transversal, hablamos de un dispositivo que acopla el eje trasero en las condiciones que sea necesario. La aceleración de 0 a 100 km/h se cifra en 4,8 segundos.
En su versión Sedan, la carrocería es de cuatro puertas y mide 4,50 metros de largo. Por dentro no es más espacioso que un S3 Sportback y su maletero se queda en los mismos 325 litros debido al eje trasero con diferencial, que a su vez implica un esquema de suspensión distinto. Por tanto, no debe considerarse como un deportivo de corte familiar, sino como un compacto deportivo de diseño más distintivo debido a su condición de sedán.

También es justo reconocer que esta unidad tiene un aspecto mucho más combativo que como el coche viene de serie, sobre todo por el alerón de fibra de carbono o las carcasas de los retrovisores fabricadas en el mismo material, lo cual supone el pago de los 2.715 euros que cuesta el paquete Carbon.
También las llantas, de 19″ y que implican abonar 675 euros más, juegan en esa dirección (las de serie son de 18″), de la misma manera que el color amarillo python, que suponen otros 1.020 euros más.
Dentro también hay numeroso equipamiento opcional, pero lo que realmente destaca es la sobresaliente ergonomía que podemos encontrar aquí dentro. La postura de conducción es fantástica y la distribución de mandos no puede ser más apropiada.

Ya sólo que mantenga botones mecánicos en el módulo de la climatización o en los radios del volante, me parece un punto muy positivo. Lástima que haya tanto plástico negro piano de ese que genera tanto brillo y acumula polvo con mirarlo, aunque la calidad percibida es francamente alta mires donde mires.
Pero es que, además, su sistema multimedia es para mí un buen ejemplo en cuanto a instantaneidad e intuitividad. Rápidamente te haces al control de todas las funciones, manejándote entre los menús con mucha naturalidad.

Así va el Audi S3
¿Hace falta más a nivel de motor? Para pasarlo muy bien en los momentos que se pueda, rotundamente no, al menos si nos ceñimos a carretera abierta, excluyendo circuito. Obviamente, el RS 3 y su en el futuro legendario motor 2.5 TFSI de 400 CV es mucho más entusiasta, pero también mucho más caro: 80.060 euros.
El S3 es para mí la combinación perfecta como deportivo para todo. Corre, es ágil, es incisivo porque su dirección lo es, te otorga mucha confianza… Y, en uso cotidiano, puedes conducir gastando unos muy razonables 9,0 L/100 km (homologa 7,9 L/100 km) y disfrutando de toda la usabilidad de cualquier Audi A3 en términos prácticos.

La aceleración de este propulsor 2.0 TFSI de 310 CV es muy progresiva, pero con mucha contundencia entre el tramo medio y el corte de revoluciones. La caja S-Tronic ‘traga’ marchas con rapidez y oportunidad y, con un mínimo de habilidad, cuando quieras darte cuenta irás a mucha velocidad por un tramo de curvas con la certeza de que tienes todo bajo control.
Es quizá esa la principal virtud del S3, la confianza que te infunde, lo que juega en pro de que disfrutes al volante. Hay mucha capacidad de tracción, notas con claridad cuando el par se desvía hacia atrás, la dirección es tan rápida como precisa y la suspensión, en este caso adaptativa (otros 1.025 euros), sujeta la carrocería sin nada que reprochar.

La parte mejorable está en los frenos que, si bien cumplen por mordiente, el hecho de que basen su esfuerzo en unas más o menos grandes pero aun así humildes pinzas flotantes, hace que su resistencia se pueda llegar a ver algo comprometida en uso intensivo. Pero bueno, sólo en condiciones muy exigentes encontrarás un inconveniente aquí.
El veredicto de Autofácil
Conducir el Audi S3 no hace más que confirmarte que es un sensacional deportivo para todo, porque en todo cumple con buena nota y en nada resulta deficiente. Hasta se muestra dinámico y divertido de conducir si sabes explotar sus cualidades.

Pero es que, además, si lo comparas con su competencia directa, es más barato. Los BMW M235i Gran Coupé y Mercedes-AMG A 35 Sedan, ambos con mecánica de dos litros y 306 CV, cuestan 65.300 y 65.700 euros respectivamente. El precio del Audi S3 Sedan, en cambio, parte de 58.200 euros, por lo que hasta esos 65.000 euros resta margen para equiparlo quizá tan acertadamente como esta unidad concreta.
Con todo, me resulta francamente difícil sacarle pegas de peso. La verdad es que me lo quedaba tal cual, incluso en este color amarillo que la gente no deja de mirar.