Amoníaco: ¿el combustible alternativo perfecto para el transporte pesado?

NH3. Esa es la formulación química del amoníaco. Y precisamente esa fórmula, una parte de nitrógeno por tres de hidrógeno; es la que permite descomponerlo con facilidad en hidrógeno… que se puede utilizar como combustible para los motores eléctricos basados en la pila de combustible.
La anterior es la filosofía sobre la que se basa y opera Amogy, una compañía estadounidense fundada por cuatro ex alumnos del MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts) y que tiene como objetivo descarbonizar el transporte pesado, un sector que genera más del 20% de las emisiones de CO2 de los vehículos en todo el mundo.

Fundada a finales de 2020, desde entonces Amogy no ha dejado de avanzar en esta tecnología, presentando proyectos como un dron propulsado por amoníaco en verano de 2021 y, ya durante la primavera de 2022, un tractor John Deere propulsado por una mecánica eléctrica de 100 kW (134 CV) alimentada por el mismo combustible.
El primer camión del mundo… propulsado por amoníaco
Pero ha sido hace unas semanas cuando Amogy ha dado un golpe en la mesa, presentando el primer camión de transporte propulsado por amoníaco. El camión, un Freightliner Cascadia de 2018 al que se le ha instalado un sistema de conversión de amoníaco y una pila de combustible; ofrece una potencia de 300 kW (402 CV) y ya ha sido probado en las instalaciones de la Universidad Stony Brook de Nueva York, aunque la compañía pretende someterlo a pruebas reales de circulación en las próximas semanas.
A nivel técnico, el camión presentado por Amogy cuenta con tres depósitos de amoníaco que, una vez repostados (un proceso que apenas lleva en ocho minutos, frente a las muchas horas de recarga que requeriría un camión eléctrico) pueden producir hasta 900 kWh de energía, lo que supondría hasta cinco veces la autonomía de un camión eléctrico convencional. El secreto está en la densidad energética del amoníaco, tres superior a la del hidrógeno puro.
“Más allá de su densidad energética y de su presencia en estado líquido a temperatura ambiente, el amoníaco resulta óptimo para alcanzar la rápida descarbonización del tranposte pesado ya que está disponible en todo el mundo y ya existe la infraestructura necesaria para su distribución”, señala el CEO de Amogy, Seonghoon Woo.

Pero la empresa, que cuenta entre sus inversores con compañías tan potentes como Amazon o la petrolera saudí Aramco, ya va más allá del transporte por carretera y pretende adentrarse en el marítimo, en el que pretende probar su tecnología a lo largo de 2023 tanto en un remolcador como en un buque cisterna. Todo sea por lograr su objetivo, que no es otro que reducir, para 2040, más de 5 mil millones de toneladas de emisiones de CO2.