Los grandes volúmenes de circulación son una constante en las ciudades, pero también puede haber grandes aglomeraciones de tráfico en otro tipo de vías dependiendo de la época del año.
Para agilizar este problema, la gran herramienta de la que se sirve la DGT son los carriles reversibles. A continuación, te contamos todos los detalles de este tipo de carriles.
Qué es un carril reversible
Se trata de un carril que la Dirección General de Tráfico (DGT) habilita normalmente en zonas urbanas, y van en uno u otro sentido de la circulación (no son carriles provisionales, sino que son bidireccionales) según las necesidades de circulación. Su objetivo no es otro que favorecer el tráfico fluido.
Para delimitar este carril se dispone de unas marcas viales características que lo diferencia de los demás: una línea discontinua doble ubicada a cada lado del carril y una flecha de dos puntas.
Asimismo, los carriles reversibles cuentan con unos semáforos cuadrados que son los encargados de indicar si el mismo está habilitado para circular o no y en qué sentido; es decir, regulan el tráfico.
Qué vehículos pueden circular por un carril reversible
Por los carriles reversibles puede ir cualquier vehículo apto para circular por la vía en la que se encuentran. No tienen una velocidad específica, sino que la mínima y la máxima es la general del tipo de vía en el que se encuentran.
A ello se suman una serie de normas de circulación especiales como que las luces de cruce, independientemente del momento del día, deberán llevarse siempre encendidas; y que está totalmente prohibido invadir el carril del sentido contrario.
Esto no son carriles reversibles
El carril reversible es la ‘versión urbana’ del carril que se habilita para circular en el sentido contrario al habitual. Este tipo de carriles sirven bien para aliviar el tráfico (son frecuentes en autopistas o autovías durante las operaciones salida de verano, Semana Santa…) o bien debido a un tramo de obras.
Los vehículos que circulen por los carriles que se habilitan en el sentido contrario al habitual han de llevar conectadas las luces de cruce y a cualquier hora del día (bajo multa de 200 euros). Y su uso está permitido a todos los vehículos en caso de que se hayan instalado por obras (salvo que se prohíba expresamente); si se han colocado para mejorar la fluidez del tráfico, sólo podrán circular por ellos motos (incluidas aquellas con sidecar) y turismos sin remolque.
En cuanto a los carriles adicionales, se colocan habitualmente en carreteras convencionales con alta densidad de tráfico; es decir, se sitúan en vías con doble sentido de circulación. Su objetivo es descongestionar el tráfico.
Estos carriles adicionales se habilitan añadiendo un carril más a la vía utilizando parte del arcén; por tanto, la carretera de dos carriles pasa de un carril para cada sentido a tener tres carriles.
Por este tipo de carriles puede circular cualquier vehículo, menos los que están obligados a ir por el arcén en condiciones normales como las bicicletas, ciclomotores, vehículos especiales o averiados de menos de 3.500 kilos, vehículos de tracción animal.
Al igual que en los carriles habilitados para circular en sentido contrario, en los carriles adicionales es obligatorio el uso de las luces de cruce de día y de noche, y la velocidad máxima a la que se puede circular por ellos es de 80 km/h y la mínima de 60 km/h.
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