Conoce a Kazunori Yamauchi

El Gran Turismo ha revolucionado el mundo del automóvil hasta tal punto, que muchos fabricantes diseñan sus prototipos pensando en este popular videojuego. Aquí te presentamos a su creador.


En los últimos 20 años, Kazunori Yamauchi ha logrado revolucionar el mercado de los coches y de los videojuegos gracias a su obra maestra: el Gran Turismo, un videojuego/simulador de conducción en el que no sólo se reúnen los vehículos más llamativos, sino que estos comparten asfalto con algunas obras de ingeniería moderna sólo aptas para verse a través de una pantalla… de momento.

No obstante, y como suele pasar cuando hablamos de ‘genios’ como nuestro protagonista, los inicios del pequeño Yamauchi parecían ir enfocados hacia un campo completamente opuesto al que, finalmente, le ha dado fama: la entomología –estudio científico de los insectos–. Sí, porque lo primero que hacía nada más llegar a casa al volver del colegio era tumbarse en la alfombra de su cuarto y ‘devorar’ las obras del escritor francés Jean-Henri Fabre –naturalista, humanista, micólogo, entomólogo…–. Entonces, ¿de dónde surgió su pasión por los coches? «Según me contaba mi padre, con tres años ya era capaz de ir nombrando marca y modelo de todos los automóviles que pasaban por delante de la ventana de nuestra tienda; recuerdo que me encantaba contemplarlos».

Pero en su décimo cumpleaños, todo cambió cuando sus padres decidieron regalarle su primer ordenador. Poco a poco, la pasión por los ‘insectos’ fue decreciendo al mismo ritmo que subía su entusiasmo por la informática, hasta el punto de que el hobby se convirtió en una obsesión por seguir aprendiendo y desengranando los entresijos de la programación y la creación de mundos virtuales. «En aquel momento, nunca hubiera imaginado que la industria de los videojuegos fuera a ser tan grande como lo es ahora». Así, su adolescencia fue una mezcla entre lo irreal y lo ilícito… ya que en los ratos en los que su mirada no estaba fija en la pantalla, el joven Yamauchi se juntaba con los hashiriya, es decir, pilotos de carreras callejeras ilegales.

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Al estilo The Fast and The Furious…

Sí, porque pese a que el hogar de Yamauchi estaba a menos de una hora del ratonero circuito de Tsukuba, prefirió arriesgarse el tipo realizando carreras callejeras antes que formarse como piloto de pruebas profesional. «En el mismo instante en el que logré sacarme el carnet de conducir, me uní a los hashiriya». Su primer coche fue un Toyota Celica XX –más conocido como Toyota Supra para todos los que viven fuera de la isla japonesa–, pero uno de los principios de esta banda de ‘corredores’ es que tu coche es el que te define, y un Supra parecía no ser suficiente. Así, tan pronto como pudo y gracias a la ayuda de un préstamo hipotecario, Yamauchi se compró un Nissan GT-R R32, aunque sólo le duró seis meses… ya que antes incluso de que pudiera darle de alta en la compañía de seguros desapareció. «Tuve un fuerte accidente a 200 km/h y toda la parte izquierda, desde el morro hasta el asiento del copiloto, simplemente se esfumó». Y cómo no, ocurrió mientras ‘competía’ en una carrera callejera.

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Ese toque de atención le sirvió para darse cuenta de que lo que realmente importaba era labrarse una carrera profesional, dejando el pilotaje como un mero entretenimiento. De esta forma, con 25 años entró en Sony, donde colaboró en la creación del hardware y del mando de la primera PlayStation, al tiempo que desarrollaba, en colaboración con el estudio Polys Entertainment, un juego de carreras de coches. Pese a tratarse de un videojuego animado, en donde los participantes eran dibujos, el Motor Toon Grand Prix sirvió para que Yamauchi sentara las bases del que sería su gran obra maestra.

 Nació…  en Kashiwa, Chiba –Japón–, el 5 de agosto de 1967. 

En el garaje de su casa hay…  un Porsche 911 GT3, un Mercedes SL AMG, un Nissan GT-R, un Ford GT y un Honda S2000.

Aunque el que siempre elige en el Gran Turismo es el Corvette C7, «es excelente en todos los sentidos».

Si tuviera que escoger una marca de coches… «Cualquiera alemana, probablemente BMW».

El coche que le gustaría diseñar sería… «un McLaren de Fórmula 1, es uno de mis sueños».

Mercado 2.0 El 19 de mayo de 1998 y tras cuatro años de investigación, salió a la venta el Gran Turismo: un simulador de conducción en 3D que no sólo revolucionó la industria del videojuego, sino también la de la automoción, pues en él se incluyeron 172 vehículos de diez de fabricantes diferentes, tanto actuales como históricos. En poco tiempo se convirtió en toda una referencia; no en vano fue el título más vendido de la PlayStation con 10,5 millones de copias –2,5 millones sólo en Japón– y recibió una nota media de 9,5 sobre 10 de los medios especializados. Gracias a dicho éxito, en 1999 Yamauchi fundó el estudio Polyphony Digital, donde se puso a trabajar en la secuela, a la que dedicó gran parte de su vida pues «sólo iba a casa cuatro días al año». A día de hoy ya hay seis entregas del Gran Turismo en el mercado, de las cuales se han vendido cerca de 70 millones de copias, un triunfo que le ha servido a Yamauchi para ser considerado uno de los gurús del automovilismo. No sólo es uno de los integrantes del jurado del premio ‘Coche del Año’ en Japón, sino que además ha creado un galardón anual en el concurso de elegancia de Pebble Beach –el Gran Turismo Trophy; el cual premia a aquellos que se esfuerzan por mantener vivo el patrimonio histórico automovilístico–, patrocina equipos y pilotos de carreras de primera línea –Prost Grand Prix, Audi A4 DTM, Sébastien Loeb…–. De tal forma ha logrado ganarse el respeto de todos los fabricantes mundiales, los cuales se ‘pelean’ por tener su hueco en cada edición Gran Turismo, sabedores de que es un jugoso escaparate. De hecho, durante el verano pasado, conmemorando los 15 años de vida de Polyphony Digital, el estudio que dirige Yamauchi retó a varias marcas y centros de diseño para ver si eran capaces de desarrollar un prototipo que sería incluido dentro del denominado proyecto Vision GT –un mundo virtual de prototipos en el cual las principales marcas del mundo diseñan vehículos futuristas– y que aparecería en la siguiente actualización del videojuego. «No tenía unas expectativas muy altas, con que nos contestaran dos o tres marcas nos dábamos por satisfechos. Pero lo cierto es que recibimos 28 proyectos, lo que me hizo ver lo importante que es el Gran Turismo para el sector». Nombres como Aston Martin, Mercedes, BMW o Nissan no sólo fueron algunos de los más destacados, sino que también dieron el salto de la ficción a la realidad presentando una unidad ‘de carne y hueso’ del proyecto virtual… totalmente operativa. Incluso algunas de ellas, como Aston Martin con el DP-100 o BMW con el Vision GT, se aventuraron a decir que, quizá, lleguen a producirlos de forma seria y podamos verlos por los circuitos de todo el mundo. Alma de piloto Precisamente, si hay algo que entusiasma a Yamauchi es la competición de alto nivel. Ha participado en las 24 Horas de Nürburgring, a los mandos de un Nissan GT-R R35 prácticamente de serie, con el que logró la victoria de su categoría y demostrando un rendimiento más que sorprendente. Pero, sobre todo, ha querido acercar el mundo de la competición a todo aquel piloto frustrado. «La mayoría no es consciente del esfuerzo que supone triunfar en el mundo de la competición: patrocinadores, equipo, fabricantes… todo tiene que estar sincronizado para que una carrera profesional funcione correctamente». Así, fruto de su asociación con Nissan, en 2008 nació la GT Academy. Y lo que en un principio se fraguó como una estrategia de márketing, con el tiempo se convirtió en el lugar en el que los mejores pilotos del videojuego Gran Turismo pasaron de lo virtual a lo real compitiendo en pruebas tan emblemáticas como Le Mans… y si no, que se lo digan a Lucas Ordóñez.

Conoce a Kazunori Yamauchi

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