Dacia Sandero: así es el urbano más ‘low cost’
La segunda generación del Dacia Sandero llegó al mercado en 2013, y en 2017 recibió su primer y único restyling, que es el que perdura en 2018. Actualmente, es uno de los automóviles con mayor éxito de ventas a particulares en España, los cuales se ven atraídos por el buen precio, funcionalidad y robustez del Sandero. Sus principales rivales son el Suzuki Baleno, el Kia Rio o el Ford Ka+.
Dacia Sandero 2018: así es por fuera
El Dacia Sandero es un urbano sencillo, robusto, espacioso y barato (estos son sus precios), características que le han servido para convertirse en un gran éxito. Su carrocería mide 4,06 metros de longitud y se ofrece asociado a cuatro acabados diferentes: Base, Ambiance, Laureate y Stepway. Este último presenta un aspecto campero con protecciones de plástico en todo el perímetro de la carrocería y una suspensión elevada que proporciona 4 cm extra de altura libre al suelo.
Su diseño exterior no destaca por ser llamativo, juvenil, o especialmente atractivo, si bien su último restyling aportó nuevos paragolpes y ópticas que integran la ilumicación diurna con tecnología LED, un sistema que no contemplaba la anterior versión. Además, otra de las novedades que introdujo dicho restyling son unas nuevan llantas de aleación y nuevos colores para la carrocería.
El interior del Dacia Sandero 2018, aunque a priori parece poco evolucionado respecto al de su predecesor de 2013, sí ha obtenido pequeñas mejoras en la calidad de sus materiales y ajustes. Aun así, el bajo precio del Sandero sigue repercutiendo en que frente a la más cara competencia no ofrece el mismo nivel de refinamiento o equipamiento. Por dentro el Sandero es un coche sencillo, honesto, que te lo pone todo fácil y que a cambio ofrece algunos remates mejorables y pocas alternativas en lo que a equipamiento tecnológico se refiere. Sí puede llevar, en opción, un sistema multimedia con pantalla táctil y navegador que funciona francamente bien.
También hay nuevas molduras y un nuevo volante, que ahora incluye un interruptor para el claxon, el cual antes se situaba en uno de los extremos del mando de los intermitentes. En las versiones más equipadas hay un recubrimiento de piel para el volante que Dacia denomina «Soft Feel». Por espacio interior es uno de los mejores vehículos en el segmento de los urbanos, pues dos adultos pueden viajar en las plazas posteriores con holgura, en especial en lo que respecta a la altura disponible.
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Dacia Sandero 2018: así es su gama de motores
Este Dacia Sandero se ofrece asociado a dos mecánicas de gasolina y dos diésel, además de una que puede funcionar con GLP. Las primeras de ellas son tricilíndricas y corresponden a un bloque 1.0 SCe de 73 CV y a un 0.9 TCe de 90 CV. Los diésel se basan en el veterano y robusto bloque 1.5 dCi, del que se disgregan dos versiones: 75 y 90 CV. En el caso del Sandero de GLP, emplea la mecánica 0.9 TCe debidamente adaptada para funcionar tanto con gasolina como con gas licuado de petróleo. Además, existe la posibilidad de escoger una transmisión automática de tipo robotizado denominada Easy-R. Según nuestras pruebas, el motor 1.0 SCe de 73 CV es fantástico para ciudad, si bien en carretera se ve algo limitado por su escasa potencia. El bloque 0.9 TCe es más competente, y los dos muestran una rumorosidad algo más elevada que la competencia. Respecto a los diésel, el bloque 1.5 dCi mueve con soltura el peso del Sandero incluso en su versión de 75 CV, pero la poca diferencia de precio existente con la de 90 CV, hace que esta última sea más interesante. Aunque asumir el sobrecoste de los diésel sólo parece razonable si se superan los 20.000 km al año, el motor 1.5 dCi tiene una respuesta más satisfactoria que la de cualquiera de los de gasolina, ofreciendo además un consumo de combustible que, en uso real, se cifra en un 25% menos.
Dacia Sandero 2018: así va
A pesar de tratarse de un automóvil de bajo precio, el Sandero cuenta con un chasis bastante competente, que permite disfrutar una buena agilidad en ciudad y un inesperado confort de marcha en carretera. El tacto del cambio o de la dirección no es tan preciso y agradable como en urbanos de mayor precio, pero en general el Sandero funciona bien, es cómodo, ofrece una buena visibilidad desde el puesto del conductor, y resulta sencillo de conducir en cualquier circunstancia. Eso sí, a cambio, peca de una pobre insonorización del habitáculo.
LO MEJOR: precio, sencillez, robustez mecánica, consumo reducido, habitabilidad, maletero.
LO PEOR: acabados de calidad mejorable, motores ruidosos, equipamiento limitado, tecnología algo desfasada.
