En Autofácil nos hemos preguntado por el futuro de los motores diésel –aquí te explicamos qué es un motor diésel y cuánto contamina-, y hemos pedido su opinión a dos expertos en la materia: Jesús Casanova y Abel Ortego. Jesús Casanova es catedrático de motores térmicos de la Escuela Politécnica Superior de Ingenieros Industriales de Madrid, mientras que Abel Ortego es ingeniero industrial con la especialidad en Mecánica y tiene un máster en energías eficientes y renovables y movilidad sostenible. Además, es investigador en el Instituto de Investigación Mixto CIRCE de la Universidad de Zaragoza.
¿Corre el propulsor diésel riesgo de desaparecer?
El catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid cree que «no». «No está previsto en absoluto que deje de emplearse en propulsores de gran cilindrada, o en aquellos que montan los tractores, excavadoras, camiones, etc. Y eso se traduce en que su tecnología seguirá aplicándose para propulsar a los coches más grandes -SUVs, todoterrenos, furgonetas-, combinándose con tecnologías híbridas o microhíbridas -a baja tensión, como por ejemplo a 48 voltios- que emplearán motores eléctricos para ayudar en aceleración y en aquellas condiciones de marcha en las que el motor térmico es particularmente ineficiente -como al arrancar y a baja velocidad-«, explica. «Lo que sí podría ocurrir es que desaparezca totalmente de los vehículos pequeños… pero por una cuestión de coste, no de validez del propulsor. En las últimas semanas, proveedores como Bosch han mostrado avances muy prometedores en el tratamiento de gases de escape (el proveedor alemán ha publicado que han desarrollado un sistema de inyección que reduce las emisiones actuales de NOx hasta en 10 veces-, y hay varios fabricantes que, lejos de ´arrinconar´ al diésel, están presentando nuevos modelos que son capaces de cumplir las normas de emisiones más estrictas. Por ejemplo, Mazda consiguió para el motor diésel 2.2 Skyactiv-D de su CX-5 la certificación LE V3, la más estricta de California y del mundo.»
- Más información: Qué es un motor diésel y cuánto contamina
Abel Ortego tiene una opinión similar: «El motor diésel va a seguir siendo empleado. Sin embargo, saber si se utilizará en vehículos ligeros o pequeños es más complejo. Todo dependerá de los avances de otras tecnologías: si los vehículos eléctricos bajan de precio, si se mejora el reciclaje de sus baterías…». El investigador del Instituto CIRCE tiene claro que «los fabricantes no han tirado la toalla por el diésel» y pone como ejemplo los avances del grupo Bosch -el principal fabricante de sistemas de inyección de combustible- o los esfuerzos de fabricantes que ya están hibridando este tipo de propulsores.
¿El diésel podría desaparecer como combustible?
Casanova lo niega rotundamente, aportando dos razones: «La primera es que la cuota de mercado de los propulsores de gasóleo no va a descender tanto como la gente se piensa. Van a seguir usándose en vehículos grandes, y van a seguir monopolizando los segmentos industriales; en los que es la única clase de propulsor. La segunda es que cada barril de petróleo contiene cierta cantidad de eso que llamamos gasóleo, de manera que mientras se siga refinando petróleo, se va a producir gasóleo y va a haber que dar salida a ese producto. ¿Que mañana todo el mundo decide dejar de comprar diésel? Pues entonces el precio del gasóleo bajará respecto al de la gasolina, regresando a los niveles de antaño, cuando era un combustible eminentemente profesional. Y entonces, la gente volverá a apostar por los coches diésel… aunque sean un poco más caros y haya restricciones de entrada en las ciudades, porque, para esos compradores, y a pesar de los inconvenientes, seguirán resultando más rentables.