El concesionario de Ferrari en Palm Beach (Florida) es un lugar de visita casi obligada para todos los amantes del motor y los multimillonarios que viven por la zona. Sin embargo, seguro que muchos clientes se sorprenderán con la noticia que ha saltado a la luz en estos días en la que se acusa a la marca italiana de trucar los cuentakilómetros de los vehículos de algunos de sus clientes para conseguir un mayor beneficio con la venta en el mercado de segunda mano.
Robert Root, un trabajador del concesionario de Ferrari en Palm Beach (Florida) ha sido el encargado de dar la voz de alarma, denunciando e informando con todo detalle de las prácticas que se llevan a cabo en este punto de venta. Root, ingeniero químico de 71 años, comenzó a trabajar en el concesionario de Palm Beach, perteneciente a una red de 35 concesionarios de lujo, en el año 2009.
En el año 2016, Root fue despedido por el concesionario pese a que en 2015 consiguió ventas por valor de 2 millones de euros y que en el mismo mes de su despido había vendido un vehículo por valor de 1,4 millones de euros. Sin embargo, estas cifras no fueron suficientes y, según afirma el propio Root, su edad y el descubrimiento de que en su lugar de trabajo se reseteaban los cuentakilómetros, fueron la clave para su despido.
Yendo más allá, Root afirma que desde la propia sede de Maranello -Italia- estarían al tanto de estas prácticas fraudulentas, las cuales se realizarían a través de DEIS Tester, un sistema de diagnosis para cuya utilización se necesita la aprobación de la propia marca. Según la denuncia, Ferrari se encargó en 2010 de elaborar un libro interno en el que se detallaba el procedimiento a llevar a cabo para resetear el cuentakilómetros de los vehículos. Además, ya en 2015 se impartió un curso presencial en las instalaciones de Ferrari, siempre bajo el conocimiento de la compañía.
El propio Root ha afirmado también que incluso un multimillonario pagó a su concesionario varios miles de dólares para eliminar un buen puñado de kilómetros de su odómetro, lo que le valió para incrementar el valor de su coche en aproximadamente un millón de dólares.
Precisamente, por miedo a que presentase una denuncia, el concesionario Ferrari de Palm Beach (Florida) volvió a contratar a Robert Root en marzo del pasado año, tan sólo dos meses después de su despido, y conservando actualmente su puesto de trabajo. No obstante, cuenta que le están haciendo ‘la vida imposible’.
De momento, Ferrari ha evitado pronunciarse al respecto, aunque el abogado de dicho concesionario ha dicho que se defenderán en los tribunales de estas acusaciones.