Iván Ares prueba el Hyundai i30 N Performance

Cuando una marca de coches dedica con asiduidad parte de sus esfuerzos a la competición, lo que suele suceder es que acaba por presentar algún modelo de calle que hace ‘babear’ a los entusiastas de los deportivos. Hyundai es un buen ejemplo. La marca coreana comenzó desarrollando copas monomarca de circuitos en los años 90 y, después, se introdujo de lleno en los rallyes, llegando incluso al campeonato mundial.
Y, aunque en su historial podemos encontrar algunos deportivos de calle interesantes, como el Génesis Coupé de 2009, Hyundai nunca había dispuesto en su gama de un deportivo capaz de estar a la altura de los mejores de su segmento, como el Volkswagen Golf GTI Performance, el Seat León Cupra o el Peugeot 308 GTI.
Una muy grata sorpresa
Y aquí es donde entra en escena el i30 N Performance, que como te estás imaginando es la variante más deportiva del compacto i30. Por fuera, puedes distinguirlo por los pasos de rueda levemente ensanchados, los paragolpes específicos, los faldones, el alerón posterior, el escape doble o las llantas de 19″. Además, el color azul celeste, que cuesta 450 euros, es específico para el i30 N.
Dentro, también hay bastantes elementos que le desmarcan de un i30 normal, como la instrumentación, los asientos deportivos, el volante, el pomo del cambio o los guarnecidos del salpicadero. Todo esto es de agradecer, ya que la mayoría de sus rivales no cuentan en el habitáculo con tantos detalles que les diferencien del resto de sus gamas. La calidad de materiales que se percibe es bastante elevada y la postura de conducción resulta adecuada para practicar una conducción deportiva, sobre todo por un asiento que, con sus generosas ‘orejeras’, te sujeta el cuerpo muy bien.
El sonido del motor es un aspecto muy subjetivo, pero también es uno de los más importantes en un coche que pretende provocar un aumento de tus pulsaciones cada vez que presiones el botón de arranque. Y este capítulo está resuelto de forma impecable en el i30 N Performance. Cuando pones en marcha el motor 2.0 turbo, un fuerte alarido emana de los escapes, y con sólo acariciar el pedal del acelerador escucharás un agresivo rugido mucho más bonito que el de la mayoría de sus competidores.
El cambio manual de seis velocidades -no lo hay automático- tiene un tacto pétreo y de recorridos cortos. La dirección también va un poco más durita que la de un i30 normal… Todo ello ayuda a incrementar esa sensación de tensión y deportividad que el i30 N Performance pretende transmitir.
Inserto la primera marcha y comienzo a circular. Ya a baja velocidad el i30 N Performance se siente muy especial, pero cuando verdaderamente te muestra sus virtudes es cuando la aguja del cuentarrevoluciones supera las 3.500 rpm. Desde ese régimen y hasta 6.000 rpm, el motor se ‘enrabieta’ como si fuese a estallar. Hay algo de retraso en la respuesta del acelerador -lógico siendo turbo-, pero empuja con vehemencia incrustando tu espalda en el respaldo del asiento y obsequiando a tus tímpanos con un sonido espectacular.
Fotos del Hyundai i30 N
Existen cinco modos de conducción que afectan a la dirección, suspensión, escape, diferencial, acelerador y control de estabilidad. Estos son: Eco, Normal, Sport, N y N Custom. Los tres primeros se seleccionan mediante una tecla ubicada en la parte izquierda del volante, mientras que los dos últimos, que son los más radicales, se activan a través de un botón independiente en la zona derecha del volante.
Ahora mismo tengo seleccionado el programa N Custom y, por eso, el escape suena muchísimo, especialmente al cambiar de marcha o al soltar el acelerador; momentos en los que exhibe unos petardeos de lo más sugerentes. En este modo N Custom -también en el N- hay otra aportación interesante relativa a la caja de cambio: en las reducciones de marcha, el sistema efectúa de forma automática un ‘punta-tacón’, esto es, un golpe de gas mientras bajas una velocidad para elevar las revoluciones del motor y que así las reducciones sean más rápidas y suaves.
Es rápido, y eso no es lo mejor
Con 275 CV, obviamente las prestaciones del i30 N Performance en línea recta están un poquito por debajo de las de rivales que alcanzan los 300 CV, como el Seat León Cupra. Sin embargo, el Hyundai ya corre mucho -pasa de 0 a 100 km/h en tan sólo 6,1 segundos- y es capaz de proporcionarte grandes dosis de diversión a través de su soberbio chasis.
En un coche deportivo lo más importante no es la potencia, sino el saber trasladarla con eficacia a las ruedas. Y en esto, el i30 N Performance puede dar una master class: gracias al diferencial autoblocante delantero, la motricidad del coche es sensacional. A la salida de las curvas, el i30 N Performance te permite acelerar sin piedad mientras el autoblocante deriva la mayor parte del par a la rueda exterior a la curva para mantener la trayectoria óptima.
La suspensión es la otra ‘culpable’ de que el i30 N Performance ofrezca tan buen resultado en las curvas, controlando a la perfección el balanceo de la carrocería y manteniendo un correcto apoyo de cada neumático sobre el suelo. Eso sí, a menos que la carretera esté impecablemente asfaltada, el modo más firme de los amortiguadores puede llegar a ser contraproducente, pues es excesivamente duro para ‘tragar’ las imperfecciones de la vía.
La dirección es de asistencia eléctrica igual que en el i30 normal, pero Hyundai ha modificado la ubicación de su motor eléctrico para mejorar el tacto y la sensibilidad de la misma. Y les ha quedado genial, pues a través del volante del i30 N puedes notar con bastante nitidez el grado de adherencia que existe en los neumáticos Pirelli P Zero. Esto ayuda a generar una gran confianza entre el coche y tú, la cual va creciendo según pasan los kilómetros. Ciertamente, el i30 N Performance es un deportivo ‘poco traicionero’, refiriéndome con esto a que, siempre que seas cuidadoso con las órdenes que le envías a través del volante y los pedales, nunca te sorprenderá con una reacción comprometedora.
Y ese noble comportamiento no impide para que el i30 N Performance sea francamente divertido, pues cambia de dirección con una gran inmediatez, se agarra al asfalto con eficacia y, si en plena curva, levantas un poquito el pedal del acelerador, el eje trasero deslizará lo justo para ayudarte a redondear el giro y enfilar la siguiente recta. Por otro lado, aunque emplea pinzas de freno flotantes -a priori, de rendimiento más modesto que unas pinzas monobloque como las de, por ejemplo, el Peugeot 308 GTI-, la frenada del i30 N Performance sorprende tanto por su potencia como por la resistencia que ofrece a un uso intensivo, exhibiendo además un tacto de pedal muy intuitivo de dosificar.
Además, es un deportivo para todo
¿Y qué hay del precio? Teniendo en cuenta que el i30 N Performance cuenta con un descuento oficial de 3.500 €, su precio se sitúa en 34.400 €, que es muy bueno a tenor del gran equipamiento de serie que ofrece y de las gratificantes sensaciones deportivas que proporciona. Por ejemplo, un Peugeot 308 GTI y un Seat León Cupra también son excelentes compactos deportivos y son levemente más baratos -con descuentos incluidos, 32.050 € y 33.450 € respectivamente-, pero el equipamiento de serie de ambos está lejos del que ofrece el Hyundai. Otra alternativa más premium es el VW Golf GTI Performance, si bien su precio asciende a 37.015 €.
Por tanto, el i30 N Performance es una gran alternativa entre los compactos deportivos, y más allá de sus cualidades dinámicas es perfectamente utilizable en el día a día: es bastante amplio por dentro, el motor consume unos razonables 8,5 l/100 km en uso cotidiano, y en el modo de conducción Normal resulta hasta cómodo.
Qué lleva de serie el Hyundai i30 N performance
De serie, el i30 N Performance incluye seis airbags, climatizador bizona, Bluetooth, navegador, puerto USB y aux., cargador inalámbrico para smartphone, asientos deportivos calefactables y tapizados en cuero y Alcántara, suspensión deportiva, llantas de 19″, arranque por botón, faros de led, retrovisores exteriores plegables eléctricos, control y limitador de velocidad, detector de fatiga, control de presión de neumáticos… OPCIONES: Pintura metalizada -450 €-, techo panorámico -1.000 €-.
Por un poco menos de dinero…
El i30 N Performance es la versión más deportiva del compacto coreano, pero por debajo hay un i30 N ‘a secas’, que cuesta 4.000 euros menos: 30.400 €. A cambio de ese menor precio, dispone de 25 CV menos -250 CV- y no incorpora el diferencial autoblocante, los frenos más grandes, el escape deportivo, ni las llantas de 19″ -son de 18″-. Por lo demás, apenas hay diferencias estéticas entre ambos, por lo que el i30 N normal es buena opción para quien no vaya a practicar una conducción extremadamente deportiva, y también un gran rival para el Ford Focus ST -250 CV y 28.750 €-.
El veredicto de Iván Ares
El Hyundai i30 N Performance es una excelente evidencia de que no es necesario superar los 300 CV de potencia para obtener un compacto deportivo extremadamente rápido y gratificante de conducir, pues cuando llegan las curvas se muestra intratable. El i30 N Performance es divertido, dócil, eficaz, comunicativo, su ‘banda sonora’ es sensacional… Además, su precio no me parece en absoluto desmesurado si tenemos en cuenta el rendimiento que ofrece y el equipamiento de serie que incluye. Eso sin olvidar que es un compacto perfectamente utilizable en el día a día.