Cabify anunció la semana pasada su plan para adaptarse a la nueva coyuntura en materia de movilidad sostenible. A través de un comunicado, la empresa española hizo pública su intención de descarbonizar su flota en España. De esta forma, Cabify continúa con el proceso de electrificación de sus vehículos; un proceso que comenzó en 2016, con el lanzamiento de una categoría 100 % eléctrica, y que continuó en 2018, cuando alcanzó emisiones neutras en carbono tanto en Europa como en Latinoamérica. El objetivo de descarbonización tiene, como fechas límite, el año 2025 para España y 2030 para Latinoamérica.
En esta línea de negocio más ecológica, la compañía ha anunciado la llegada de la categoría Cabify Eco, destinada para las empresas. Aquellas entidades que contraten los servicios de Cabify para sus empleados bajo esta denominación, accederán únicamente a vehículos electrificados; con esto, pretenden dar respuesta a aquellas empresas “con un fuerte compromiso medioambiental”, y aseguran que es una “demanda habitual” por su parte.
Para alcanzar este objetivo, la empresa de VTCs ha aprobado una inversión de 40 millones de euros, con los que adquirir “1.400 vehículos eléctricos” y desplegar la infraestructura que se precise. A esta cifra se suman otros 40 millones de euros destinados a aumentar la inversión en I+D+i.
Uno de sus puntos fuertes de cara a cumplir con su estrategia de descarbonización es que ya está en posesión, mediante la filial Vecttor, de una red propia de supercargadores para la ciudad de Madrid. Además, para facilitar la transición, Cabify promete un “acuerdo con empresas de vehículos eléctricos” para conseguir unas condiciones “favorables” para la adquisición y carga de los coches.
Cabify estima que, en los próximos cuatro ejercicios, su nueva hoja de ruta llegará a 750.000 personas. Además, el comunicado publica que se dará acceso al mercado laboral a 70.000 personas de “segmentos sociales con dificultad de empleabilidad”.