Un multimillonario belga quiere salvar al Holden Commodore

Guido Dumarey, gerente de una empresa que suministra componentes a GM, quiere poner dinero para evitar la desaparición del Holden Commodore.


La última fábrica en el mundo que queda de los Holden Commodore es la situada en Elizabeth –Australia-, y los pocos beneficios que deja la sentenciaron ya hace aproximadamente 2 años, cuando General Motors, de la que es filial, dijo que la cerraría definitivamente en 2017. A la espera de su ejecución, la situación ha sufrido un esperanzador giro cuando Guido Dumarey, un belga millonario con experiencia en salvar este tipo de empresas, ha anunciado que intentará salvar la factoría.

Gerente de una compañía que fabrica principalmente cajas de cambio –y que suministra a General Motors, además de a BMW, entre otros-, Dumarey ya tiene experiencia rescatando de la quiebra a compañías con potencial, algo que hizo con BBS Wheels –reputado fabricante de llantas- o con otro taller de transmisiones que era también propiedad de GM y que está en Estrasburgo, Francia.

Así, en caso de que desapareciese definitivamente, el Holden Commodore sería reemplazado por un modelo importado perteneciente ya al grupo que equiparía tracción delantera –posiblemente un Opel Insignia-. Además, también se dejarían de fabricar los Chevrolet Caprice o SS. El principal motivo que tiene el belga para realizar la transacción es la plataforma Zeta y la tracción trasera, algo difícil de encontrar en un coche generalista que no sea americano, lo cual ve como un valor añadido.

En cualquier caso, la operación tiene buenas perspectivas, ya que tanto a General Motors como al Gobierno les interesa un acuerdo con Dumarey para mantener los puestos de trabajo locales y rentabilizar todas las inversiones realizadas en esta planta. No obstante, éste debería llegar antes de que comiencen a llevarse de la fábrica toda la maquinaria y mobiliario necesario para la actividad.

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