En mayo de 2017 el Museo Frey de Automóviles Clásicos de Mazda abría sus puertas, convirtiéndose en el primer museo de estas características en Europa. Unas antiguas cocheras situadas en Augsburg, Alemania, fueron el lugar escogido por la familia Frey para exhibir alrededor de 45 vehículos de los 120 que forman la espectacular colección de la familia. Los vehículos expuestos rotan continuamente para poder mostrar la colección completa a los visitantes que decidan volver a visitar el museo.
Walter Frey, precursor del Museo junto a sus hijos Joachim y Markus, fundó el concesionario Auto Frey a principios de los setenta cerca de Augsburgo. En 1978 ya se convirtió en concesionario Mazda y fue uno de los precursores de la marca en Alemania. Esta unión nace del entusiasmo de Walter Frey por la tecnología en general y el motor rotativo desarrollado por Mazda en particular.
El motor Wankel o motor rotativo comenzó a ser desarrollado por Mazda en 1961. A pesar de que durante esta década muchos fabricantes intentaron comercializar vehículos con este motor, solo la marca japonesa fue capaz de resolver las dificultades técnicas y llegar a la fase de producción en serie. Tanto es así que a mediados de los años setenta era el único constructor de automóviles que seguía trabajando en el motor rotativo.
Fotos del Museo de Clásicos de Mazda
Walter Frey comenzó su colección en 1980 tras comprar el Mazda Cosmo Sport en Nueva Jersey . Junto a sus hijos, que han seguido sus pasos, ha conseguido reunir vehículos comercializados por la marca desde los años treinta, convirtiéndose en la colección privada de Mazda más importante a nivel mundial.
Uno de los vehículos más antiguos que puedes encontrar expuesto en este museo es un triciclo Mazda GB-Dreirad de 1950 ubicado junto a un mural con la historia de la marca desde sus inicios en 1920. Junto a él se encuentran «kei cars» como el Mazda R360, primer coche real de cuatro asientos y dos puertas de la marca, o el Mazda Carol. Joachim, hijo de Walter Frey, echa la vista atrás para contar anécdotas relacionadas con los vehículos expuestos. Recuerda cómo compró el Mazda 1000 en Australia y cómo le ayudó a adquirirlo el trasmitir que iba a ser expuesto en un museo, o la procedencia de un Pathfinder XV-1 hecho en Birmania con fin militar al que no le sentó demasiado bien las bajas temperaturas de Augsburg.
También encontramos un Mazda 323 firmado por personalidades importantes como Yuji Nakamine, el popular Mazda MX-5 o el Mazda AZ-1 con sus puertas de ala de gaviota.
Tienen gran presencia los Mazda RX-7, el coche con motor rotativo que mayor éxito ha tenido en la historia. De ellos, Joaquim Frey destaca que «puedes sentir el sonido del motor rotativo al conducirlo» y que los asistentes tuvimos el placer de probar por la ciudad.
En una unidad del Mazda 323 pudimos ver el que fuera el logo de la marca por un corto periodo de tiempo. El motivo de la corta vida de este logo fue la gran similitud con el de Renault, la marca del rombo.
El que podría considerarse la joya de la corona es el Mazda Cosmo Sport 110S (Serie II), el cual se ubica dentro de la recreación de un garaje y es el primer modelo con motor rotativo fabricado en serie. En 2017, esta unidad fue restaurada por Cyndie Allemann y y Dët Muller, miembros del programa de televisión alemán GRIP. El proceso de restauración puede verse íntegro a través del canal de Youtube de Mazda Alemania. Tras la restauración de esta unidad propiedad de la colección de la familia Frey, se aventuraron a participar en la décima edición del rally de coches clásicos Hamburg-Berlin-Klassic. La participación del Mazda Cosmo Sport fue todo un éxito, sufriendo solo un pequeño problema de frenos en el trascurso de la prueba.
A lo largo de los 1.500 m² puede revivirse la historia de la Mazda, tanto pasado como presente y futuro. Por tan solo los 5 euros que cuesta la entrada al museo, tantos los amantes de la marca japonesa como los del mundo del motor en general disfrutarán de visitar este emblemático lugar cargado de historia.