Hace tiempo que el mundo de la simulación se emplea para diferentes áreas en el mundo del motor, especialmente en el automovilismo. Diferentes marcas y equipos usan este tipo de tecnología para simular condiciones reales para mejorar el rendimiento de sus vehículos. Esto también se ha visto en el sector de los neumáticos, siendo Michelin la marca pionera en usar la simulación para el desarrollo de neumáticos.
En 2005, cuando aún participaban en Fórmula 1, desarrollaron un modelo matemático denominado Tame Tire, que permitía simular las deformaciones y los efectos de fluctuación de temperatura que se daban en aquellos neumáticos. Una experiencia que no ha dejado de evolucionar y de ganar importancia hasta el punto de crear el Departamento de Matemáticas Aplicadas, Simulación y Ciencia de Datos en el Centro de Investigación de Michelin en Ladoux, Francia.
Simulaciones cada vez más realistas
Dicha evolución por parte de Michelin ha resultado en una cartera de productos cada vez más amplia. De hecho, tienen herramientas capaces de generar un modelo virtual del neumático para recrear las prestaciones reales que este mismo tendrá; y esto lo pueden con hacer con cualquier modelo, desde los que emplean las bicicletas hasta los de alto rendimiento usados en competición. Los beneficios de la simulación son casi infinitos. Por ejemplo, cómo se comporta un neumático nuevo y uno desgastado, cómo un daño accidental puede afectar a su rendimiento, cuál es la mejor manera de aumentar la vida útil de los neumáticos de forma segura y sostenible…
Para lograr esa simulación a la realidad, se recurre a la interacción de tres modelos digitales: reproducción fiel del tipo de carretera/circuito; el chasis del vehículo; y el comportamiento del neumático. Para probarlo, Michelin tiene un simulador donde el piloto de pruebas prueba los diferentes tipos de neumáticos en un amplio abanico de configuraciones. Para completar el análisis, las sensaciones subjetivas del conductor se cruzan con las mediciones objetivas del simulador.
En la búsqueda de la excelencia en materia de simulación, Michelin ha adquirido Canopy Simulation, empresa de origen británico referencia en el mundo de la simulación automovilística. Así, su software reproduce de forma fidedigna modelos de circuitos, coches y neumáticos con una función de optimización de trayectoria que reproduce el comportamiento de un “piloto virtual” ideal. En última instancia, seguirá teniendo más peso el criterio humano que el de la máquina, por lo que el conductor real tendrá la última palabra a la hora de validar la especificación final del neumático.
Michelin ha integrado la simulación en el proceso de producción
Además de comprobar y mejorar las prestaciones de un neumático, Michelin también puede comprobar cómo será el proceso de producción de sus gomas para, entre otras cosas, reducir su huella de carbono o reducir los costes. En el caso de los neumáticos plantea varios desafíos debido a la física del caucho.
En este sentido, un neumáticos está compuesto por unos 200 componentes que se ensamblan en un proceso que incluye fases en las que se trabaja el caucho con mezcladoras añadiendo productos químicos, y las propiedades físicas del producto resultante dependerán de cómo se realice esa mezcla. La calidad del producto acabado, así como la productividad, dependerán por lo tanto de la simulación de los distintos procesos con herramientas de modelización en cada una de las etapas de fabricación, incluyendo la del moldeado del caucho.