10 coches de película que se convirtieron en mitos

Cuando un vehículo eclipsa los actores de una película y se convierte en el verdadero protagonista, es cuando dicho modelo se convierte en toda una estrella. Hay docenas de coches memorables que aparecen en diferentes superproducciones pero nosotros hemos escogido los diez que más nos han llamado la atención. Estos son nuestros favoritos, sin ningún orden en particular.
Lotus Esprit Series I (1976). La espía que me amó

Por la década de 1970 las formas voluptuosas de los deportivos de los 50 y 60 dejaron paso a los diseños extravagantes y futuristas. Coches con formas afiladas como el Lancia Stratos o Lamborghini Countach cambiaron el panorama automotriz. Pero ninguno de ellos fue conducido por James Bond. En La espía que me amó, el agente secreto condujo un Lotus Esprit Series I de color blando aunque lo que realmente recordarán los fans de la saga y del vehículo es la doble funcionalidad de la que hacía gala. Sí, porque simplemente con pulsar un botón, el coche se convertía en un submarino, ocultando sus ruedas y desplegando cuatro aletas que le permitían surcar los mares.
Pontiac Trans Am (1977). Los caraduras


Cuando el director del film, Hal Needham, eligió el Pontiac Trans Am para protagonizar su película junto a Burt Reynolds y Sally Field, ninguno de ellos pudo imaginar el impacto que tendría posteriormente en EE.UU, traduciéndose en 54.000 unidades vendidas de 1977 a 1979. Y es que ver a este muscle car de color Starloight Black Edition con detalles en oro surcando los aires para escabullirse del Sheriff Buford T. Justice volvió loco al público norteamericano.
Ford Coupe (1932). American Graffiti

Unos años antes de estrenar Star Wars, George Lucas filmó American Graffiti, un reflejo de sus recuerdos de la infancia acerca de la cultura del automóvil en California en la década de 1960. Además de un reparto que incluía a futuras mega estrellas como Ron Howard, Harrison Ford y Richard Dreyfus, la película tuvo otro gran protagonista un Ford Coupé de 1932 en color amarillo canario que montaba un motor Chevy 327 V8 que, conducido por Paul Le Mat (John Milner), se enfrenta en una ´carrera de la muerte´ contra el Chevy de 1955 conducido por Bob Falfa (Harrison Ford)€ si no has visto la película, no te desvelamos que pasa, pero la escena es una de las más espectaculares del cine.
Dodge Challenger R/T (1970). Punto límite: cero

El Dodge Challenger R / T -especialmente la variante Hemi– fue uno de los más impresionantes ´muscle cars´ que salieron durante finales de los 60 y principios de los 70. Su fama se consolidó con la película Punto límite: cero –Vanishing Point, en inglés- en donde su protagonista, Kowalski (Barry Newman) apuesta que puede conducir desde Denver a San Francisco en menos de 15 horas, lo que requeriría una velocidad media de más de 130 km/h, es decir, casi ir parado para un coche de 440 CV€ aunque no para la policía de allí, clar. Durante el trayecto, tanto coche como piloto se las ven con todo tipo de situaciones. Como dato curioso, en la escena final, se empleo un Chevrolet Camaro del 67 en lugar del Challenger.
Ford Falcon XB GT (1973). Mad Max


Cuando se trata poderío, los australianos igualmente de alocados que los estadounidenses. Así durante las décadas de los 60 y 70, las fábricas del continente oceánico crearon tales bestias derivadas de los ´muscle car´ americanos que estos no llegaron a venderse en EE.UU. Uno de ellos fue el Ford Falcon XB GT, más conocido como Interceptor por la película Mad Max, cuyo motor V8 entregaba 300 CV. Para la primera película, se hicieron varios retoques estéticos al coche como la modificación del frontal, los tubos de escape laterales o el gran turbocompresor Weiand 6-71 –que, por desgracia, no funcionaba y sólo era parte del atrezo del vehículo-.
Batmovil Tumbler (2005). Batman Begins

Al igual que los coches de Bond, los ´Batmoviles´, en todas sus variantes, han trascendido durante generaciones sin perder su vistosidad. Pero sin duda, el Tumbler –también conocido como Acróbata– de la última trilogía dirigida por Christopher Nolan es probablemente el más bestia de los hasta ahora vistos. Monta un motor de 5.0 litros que desarrolla 500 CV y que, pese a las 2,3 toneladas de peso, es capaz de acelerar de 0 a 1000 km/h en 5 segundos. Equipa unas llantas Super swampers de 44″ y 1,1 metros de alto. Se fabricaron 5 unidades para el largometraje de los cuales dos eran completamente conducibles.
Dodge Charger (1970). A todo gas -The Fast and the Furious-


El Dodge Charger de finales de los 60 es toda una superestrella del firmamento cinematográfico y televisivo. El más famoso de todos es, sin duda, el que apareció en la serie de TV de 1969 General Lee. En el año 2000, volvió a la palestra con la primera entrega de la saga A todo gas –The Fast and the Furious– como coche de Vin Diesel. Su escena más impactante, cómo no, se da en la carrera que realizan Dominic (Vin Diesel) y el Supra de Brian O´Conner (Paul Walker), realizando el primero, un caballito nada más dar el pistoletazo de salida.
Mercury Monterey (1950). Cobra


En este thriller de 1986, protagonizada por Sylvester Stallone en el papel de Marion Cobretti, un policía que tiene que involucrarse en la peligrosa trama de enfrentarse a varios asesinos en serie. La película€ fue un fracaso total pero el coche que Cobretti conduce, Mercury Monterrey modificado, quedará para la posteridad. La pena, que se queda sin coche antes de que acabe la película.
Jaguar E-Type (1961). Austin Powers

Este Jaguar es una de las estrellas de la primera película de Austin Powers, el extravagante detective británico de los 60 interpretado por Mike Myers. Como casi todos sus vehículoseste E-Type llevaba pintada la bandera británica€y una matrícula personalizada en la que se podía leer Swinger –libertino-.
Ford Crown Victoria (1987). Men in Black


En la película, los agentes K (Tommy Lee Jones) y J (Will Smith) patrullan la ciudad en busca de aliens a los mandos de un Ford Crown Victoria, modelo que, curiosamente, fue usado durante un largo periodo de tiempo por la propia policía de EE.UU. No obstante, en el film, los protagonistas podían transformarlo en un coche supersónico –capaz incluso de circular por los techos de los túneles- simplemente pulsando un botón€ menos mal que la ficción supera muchas veces a la realidad€