Entre las 10 rutas oficiales hemos escogido las cuatro más tradicionales. Cualquiera de ellas satisfará tu ansia de viajar y conocer. Pero no olvides echar pie a tierra siempre que sea posible. Explorar sitios nuevos es una forma de enriquecer la aventura y convertir tu camino en algo único.
Camino Primitivo
Es la ruta más antigua, posiblemente la recorrida por el rey Alfonso II El Casto desde la capital del reino astur, Oviedo, hasta la tumba del apóstol en el primer tercio del siglo IX. A lo largo de sus 343 km tendrás ocasión de visitar la Catedral de San Salvador de Oviedo y el Monasterio de San Salvador de Cornellana (s. XI), la Colegiata de Santa María la Mayor de Salas, de estilo gótico-renacentista, el Monasterio de Santa María la Real de Obona y la Iglesia Parroquial del Salvador de Grandas de Salime, del s. XII, justo en la frontera entre Asturias y Galicia. En este territorio transfronterizo se encuentra la Reserva de la Biosfera de Río Eo, Oscos y Terras de Burón. O Cádavo, Baamonde, Friol, Guitiriz y Teixeiro son tierras por las que también pasa el Camino Primitivo, pobladas de bosques de robles y castaños y de gran tradición de ganado lechero. Durante la etapa hasta Sobrado dos Monxes, es necesario vadear algún río y, a partir de Arzúa y hasta O Pedrouzo, se avanza por pistas anchas y más accesibles, próximas al trazado histórico.
En Fervenza das Hortas, busca la cascada del río Saímes antes de sortear alcanzar el Monte do Gozo, donde ya asoman las torres de la capital compostelana. Solo queda disfrutar de la ciudad del apóstol y, como buen peregrino, visitar la catedral románica, cuya construcción se inició en el año 1075 por orden de Alfonso VI.
Camino Francés
Es el de mayor tradición histórica y el más internacional pues en él confluyen los peregrinos de todo el continente. Parte de Roncesvalles (Navarra) y su trazado de 770 km a través del norte de la península se definió a finales del siglo XI.
Visita, antes de emprender camino, la Real Colegiata de Roncesvalles, el mejor ejemplo gótico de toda Navarra, y el bello puente románico de Puente la Reina.
Los Monasterios de San Millán de San Millán de la Cogolla, Suso y Yuso, son joyas por excelencia del Camino de Santiago. Y la abadía benedictina de Silos (Burgos), del siglo VII, es –en su actual configuración– una de las más destacadas del románico español. Otras piezas claves son la Catedral de Santa María de León (especialmente sus vidrieras) y el Palacio Episcopal de Astorga, de Antoni Gaudí.
En la frontera gallega, no dejes de visitar O Cebreiro, con sus pallozas de tradición celta y la sencilla iglesia prerrománica de Santa María, donde tuvo lugar el milagro del Santo Grial. Y en Lugo, la abadía benedictina de San Julián de Samos.
Camino del Norte
Por este itinerario penetraban los peregrinos a través de Irún (Guipúzcoa) y de esta localidad parten dos rutas que se dirigen a Santiago, una por el interior y otra por la costa. Esta última opción tiene su primer lugar emblemático en la capital euskaldún, Donostia. Visita la Catedral del Buen Pastor, el Puente de María Cristinta, y los Montes Urgull y Ullía. Antes de llegar a Zarautz, mete la nariz en Orio, pueblo de tradición costera que da cobijo a la Iglesia barroca de San Nicolás de Bari y, poco más allá, en la Iglesia de Santa María de Xemein, toda una joya del XVI.
A la altura de Guernica estarás en el entorno de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, que te dejará imágenes difíciles de olvidar. En Bilbao, la oferta cultural te lleva del Museo Guggenheim, la Basílica de Begoña, el Parque de Doña Casilda, los Jardines de Albia y el puente colgante de Portugalete, de finales del s. XIX.
En Castro Urdiales, visita la Iglesia de Santa María -la mejor obra gótica de Cantabria- y el castillo-faro que se ubica junto a ella, así como el hermoso puente medieval y la ermita de Santa Ana. Aprovecha para admirar la naturaleza en el Parque Natural Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, precioso espacio protegido para las aves migratorias.
Y también es una gozada el paso por el entorno de San Vicente de la Barquera, en el que forman un cóctel de lo más apetecible sus acantilados, praderas, bosques de frondosas y sistemas dunares. A 32 km, se encuentra Barro (Llanes), pueblo costero en cuya bahía se halla la Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, de finales del XVIII.
Desde este punto y hasta Oviedo, donde el Camino del Norte enlaza con el Camino Primitivo, te sugerimos la ermita prerrománica de San Salvador de Priesca, Monumento Nacional desde 1931, la escultura «Elogio al Horizonte» de Chillida y el esplendoroso conjunto de finales del s. XIX del Palacio de Selgas, en Pito, cerca de Cudillero.
Camino del Sudoeste
También conocido como Vía de la Plata, procede de Sevilla y Extremadura y recorre 1.006 km hasta Santiago. En Zafra, visita la suntuosa iglesia colegiata de La Candelaria, el acueducto, el circo romano, la cripta de Santa Eulalia o la Alcazaba de Mérida; la Plaza de las Veletas, el Arco de la Estrella o la Plaza de San Mateo, plaza de armas de la antigua ciudad musulmana de Cáceres; Zamora, con su iglesia románica de San Juan de Puerta Nueva, la Puerta de Zambranos o de Doña Urraca, la colosal Iglesia del románico tardío de la Magdalena o la Casa del Cid.
Un remanso de paz lo encontrarás en el Parque Natural del Lago de Sanabria y entrados ya en Galicia, te recomendamos el Castillo de Monterrey en Orense, una de las fortalezas mejor conservadas de España, el conjunto histórico-artístico de Santa Mariña de Augas Santas en Taboadela o la playa fluvial de Pozo do Boi, escondida entre robledales de la rivera del Deza.
´O cura do Cebreiro´
El culpable de la invasión
Cuentan que un anochecer andaba Don Elías por los montes de Navarra pintando sus famosas flechas en los cruces de caminos cuando se le acercó, recelosa, una patrulla de la Guardia Civil: «¿Qué está haciendo?» «¡Preparo una invasión!»
´O Cura do Cebreiro´ conocía de sobra las vicisitudes de los peregrinos del Camino de Santiago, deambulantes, preguntando aquí y allá por dónde ir, dónde alojarse… por eso un buen día se lió la manta a la cabeza, cargó su desvencijado Citroën GS con botes de pintura amarilla y marchó a Roncesvalles para marcar de una vez por todas la ruta original seguida desde la Edad Media.
Para rematar ese proyecto, Don Elías contó con la colaboración de otro personaje singular, Miguel de la Quadra-Salcedo. Gracias a la intervención del famoso aventurero se involucró un evento todoterreno, el Camel Trophy, y se consiguió recuperar una parte perdida del camino entre O Cebreiro y Compostela. El propio Don Elías lo cuenta en su artículo ´Galicia y el actual resurgimiento del Camino de Santiago´:
«En 1984 nuestro itinerario adquiere extraordinaria divulgación: D. Miguel de la Cuadra Salcedo, con el patrocinio de la Consellería de Cultura de la Xunta de Galicia, programa a través de esta ruta, desde O Cebreiro a Compostela, el rally ´Camel Trophy-85´. Este acontecimiento propició la apertura de los tramos ciegos y la recuperación de algunos otros, como la travesía de Porto de Bois. Como consecuencia de ese rally surgió la idea de realizar una buena cartografía del itinerario en Galicia, la primera que hubo en el Camino Hispano.»
Efectivamente, Don Elías vivió en primera persona aquella selección de participantes españoles para el Camel Trophy Borneo ´85 acompañando a la pequeña caravana de Santanas 88 y 109 (decorados como los originales Land Rover ingleses) desde Piedrafita do Cebreiro hasta Santiago, Una durísima ruta invernal por profundos neveros, caminos enfangados y estrechas corredoiras. A punto de arrancar la expedición, Don Elías no se lo pensó dos veces cuando Miguel de la Quadra le propuso acompañarle y prácticamente con lo puesto saltó al coche, compartiendo experiencias, espacio y viandas con otro aventurero y excepcional periodista de las dos ruedas, el saldañés Javier Herrero, quien tuvo la idea de incluir las motos de los dakarianos Juan Hernández y Agustín Fernández para abrir pista y explorar la ruta.
Poco podía imaginar Elías Valiña Sampedro (1929-1989) párroco de O Cebreiro y autor de la ´Guía del Peregrino´ (Everest), el alcance de su particular cruzada. Los apenas 150 peregrinos en 1983 se convertirían en más de 200.000 en 2013.