El RACC ha pedido que las inversiones realizadas en carreteras se realicen con criterios objetivos, de forma que realmente contribuyan a mejorar la seguridad de las vías y a salvar vidas. Para ello, propone utilizar un ratio con el que determinar en qué carreteras sería más beneficioso invertir porque evitaría más accidentes: Y, al evitar víctimas, no sólo acabaría con el drama, sino también con los costes que el Estado tiene que asumir por estos siniestros.
Con ese propósito, el RACC ha creado un listado de diez tramos que tendrían preferencia a la hora de realizar una inversión en mantenimiento. Encabeza este ránking el tramo de la V-31 (Valencia) que va desde Silla hasta el enlace con la CV-42. En este caso, el coste asciende a 627.076 euros por kilómetro -se trata de un tramo con 7,3 km de largo-. Siguen a esta carretera un tramo de la N-2 en Barcelona -entre el enlace con la C-32 y la frontera con la provincia de Gerona– y la variante de Torrejón en Madrid -perteneciente a la A-2-. Y es que cinco de los diez tramos más costosos se encuentran en el corredor mediterráneo, perteneciendo a carreteras sin desdoblar como las N-332, N-340 y N-II.
Por comunidades, Madrid tiene el mayor coste medio de accidentalidad por kilómetro: 140.000 euros. Esto se debe a que hay más tráfico que en otras comunidades, y está concentrado en menos kilómetros de red. A continuación encontramos a la Comunidad Valenciana (105.721 euros por km) y Cataluña (96.238 euros).
Extremadura es la comunidad en la que, en proporción al gasto total en carreteras -mantenimiento más coste social-, más se invierte en mantenimiento: Un 81 %; en Cantabria, supone el 80,1 %, y en Asturias, el 70,6 %. En el extremo opuesto encontramos a la Comunidad Valenciana -28 %; es decir, se dedica más dinero a los costes de los accidentes-, Cataluña -46,2 %- y Madrid -51 %-.
Según el mismo estudio, el presupuesto de mantenimiento de carreteras ha caído un 38 % en los últimos tres años, situándose en estos momentos en 31.662 euros por kilómetro; el RACC añade que el coste de la accidentalidad asciende a 64.182 euros. Además, hay 1.296 kilómetros en la red de carreteras en los que el coste por accidentalidad está por encima de los 200.000 euros, y 3.431 km en los que se ha situado entre 100.000 y 200.000 euros.
Frente a estos costes humanos y económicos, el RACC propone impulsar medidas como la ampliación de carriles o la construcción de glorietas en aquellos cruces peligrosos. El responsable de seguridad vial del RACC, Lluís Puerto, opina que este estudio «tiene que servir para priorizar el poco dinero que hay para mantenimiento de carreteras -818 millones de euros este año-, porque un buen mantenimiento de la red viaria disminuye la mortalidad y las grandes repercusiones humanas que comporta».