El fabricante alemán, uno de los más galardonados por la seguridad de sus productos, los somete a crash test con choques laterales y frontales de hasta 80 km/h. Lo hace en cuatro instalaciones situadas en Alemania, China y EE.UU.; y Autofácil ha asistido a uno de ellos.
Creada en 2005, Cybex ha destacado siempre por ofrecer una elevada seguridad en sus cochecitos y sillitas infantiles y así se refleja en los test de producto realizados por los clubes automovilistas europeos año a año -puedes consultar aquí el correspondiente a 2018-. De hecho, el lema interno de la compañía son las sigas SDF -Seguridad, diseño y funcionalidad- y sus responsables afirman que el primer concepto es la base de todo el proceso de fabricación. El resultado de ello son los más de 265 galardones y premios que cuelgan de las paredes de su sede de Bayreuth, en Alemania.
La compañía, que desde hace cuatro años forma parte del grupo Goodbaby, el mayor fabricante mundial de productos infantiles; desarrolla cada año aprox. 80 productos, algo que puede hacer debido a que, como ocurre en la industria automovilística, recurren al modelado 3D y en arcilla de sus productos y al intercambio on-line de sus diseños entre sus centros de Alemania, EE.UU. y China lo que acelera el proceso de definición de los mismos antes de pasar a producción, algo que tiene lugar al 100% en sus fábricas de Asia.
Además de la seguridad, otra máxima de la compañía es el ir más allá de las regulaciones, algo que se pone de manifiesto a la hora de diseñar cualquiera de sus productos. Y es que si lo normal en la industria es que, por ejemplo, un carrito de niño pueda aceptar 22 kg de peso, Cybex diseña los suyos «para que permitan aceptar 40», señala Raoul Bader, responsable de tecnología de la marca alemana.
Este principio de ir más allá también se presenta a la hora de diseñar -y probar- sillas infantiles. Y es si bien las regulaciones de los test que llevan a cabo ADAC y otros clubes de automovilistas europeos se somete a las sillitas a impactos frontales a 74 km/h, Cybex aumenta esa velocidad a 80 km/h. Pero esa, junto a la simulación de choques laterales y por alcance, pero también de vuelcos; es sólo una de las pruebas que pueden realizar en sus instalaciones de crash test para sillas infantiles. La compañía inaugurará uno nuevo en esta sede en aprox. un mes y medio. Pero antes, ha querido mostrar a la prensa cómo se realiza uno de estos test.
200 milisegundos, un tiempo clave
De entrada, hay que tener en cuenta que una sillita infantil ha de proteger el cuerpo de un bebe -bastante distinto al de un adulto, por ej., en un niño de 5 a 6 meses, sólo la cabeza supone el 25% de su cuerpo, frente al 6% en un adulto- en situaciones extremas. Y que las zonas más importantes a proteger son la cabeza y el cuello. Además, y según la estadística de accidentes, cerca del 70% de los choques son frontales; el 25%, laterales y un 5%; por alcance.
Además, los fabricantes de productos infantiles siempre se trata de aprovechar la seguridad que ya ofrece el coche para mejorar la que puede suponer una sillita -de ahí, por ej., la introducción de los anclajes Isofix, que sujetan la silla directamente al chasis del vehículo-. Pero sin duda, la regla de oro a tener en cuenta en la seguridad es que, tras un siniestro, el vehículo y la sillita han de poder absorber y disipar lo máximo posible la fuerza del impacto€ en tan sólo 200 milisegundos. Y es que ese es el tiempo el que «todo sucede», señala Bader.
Para poder poner en el mercado productos que cumplan al máximo con esa función, en Cybex cuentan con un simulador de unos 30 metros de largo, capaz de reproducir choques de hasta 80 km/h o incluso simular vuelcos€ en los que el dummie, el muñeco que representa al bebé, puede recibir incluso la fuerza correspondiente a 5 a 10 veces su peso. Y por cierto, hablando de dummies, los más modernos incluyen sensores en la cabeza, en el cuello -2-, en el pecho, en la zona del estómago, en la cadera… Estos muñecos tan sofisticados se sitúan, en los test de Cybex, en las correspondientes sillitas a probar, que a su vez se instalan sobre el chasis correspondiente al actual VW Golf.
Si has visto el vídeo que aparece en este artículo, estarás con nosotros en que resulta sorprendente que, pese a la violencia del choque -simula un impacto frontal a más de 70 km/h-, la cabeza y el cuello del dummie apenas se mueven. Es el resultado del diseño y construcción de las actuales sillitas, donde se utiliza distintos materiales -metal, aluminio, plásticos y espumas- en función de su capacidad de absorción. Ahora bien, tal y como señala Bader, «no sólo hay que tener en cuenta la capacidad de absorción de un material, sino también la capacidad que supone la geometría (o cómo está dispuesto) de ese material».
Y es que, en el choque que aparece en el vídeo, se supone que un bebé hubiera recibido fuerzas de hasta 56 G -un piloto de cazas, durante un combate aéreo, experimenta fuerzas de 8 G-.Por todo ello, y con entre 6.000 y 10.000 crash test que realiza Cybex cada año, más vale hacerles caso en este tema. Y Bader tiene dos recomendaciones muy claras: la primera es que «la posición más segura para un bebé ante un choque frontal -el más frecuente- es que vaya situado a contramarcha«. De hecho, la Ley indica que es obligatorio hasta que el niño cumpla un año de edad. Y la segunda, aunque quizá incluso más importante es que «tras cualquier golpe fuerte, tira la sillita infantil y compra una nueva. Nadie es capaz de ver qué daños ha sufrido exactamente pero seguro que ha perdido seguridad».
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