Para empezar, el trabajo que ha llevado desarrollar completamente el sucesor del Clase E actual ha ocupado 4 años, comenzando cuando el actual –W212- llevaba algo más de 2 años en el mercado. Así, la evolución del W213 hasta llegar a ser el coche que se verá en Detroit ha requerido el trabajo de 1.200 ingenieros de Mercedes-Benz y de 1.200 prototipos –con un coste unitario de varias decenas de miles de euros y 3.500 metros cuadrados de camuflaje total-.
Además, ha recorrido más de 12 millones de km a lo largo y ancho de 4 continentes, habiendo sido probado en temperaturas que han oscilado entre los -32 y los 60ºC. Por su parte, podrá aparcar remotamente –como el nuevo BMW Serie 7-, pero también tendrá la funcionalidad de un adelantamiento autónomo –que ha sido testado en 5.000 ocasiones, por las 10.000 de la frenada autónoma-. A continuación, dejamos un breve vídeo explicativo de su desarrollo a falta de conocerlo definitivamente muy pronto.