El truco para dejar los cristales de tu coche como nuevos

Que te toque limpiar el cristal del coche no suele ser agradable y, en muchas ocasiones, tampoco resulta sencilla: a diferencia de los cristales domésticos los de los coches tienen formas curvas y en muchas ocasiones es difícil acceder a los lugares más escondidos… como la parte baja del parabrisas.
Pero tranquilo, si quieres conseguir que los cristales de tu coche queden limpios durante mucho tiempo solo tienes que seguir estos consejos. Además, mejorarás tu seguridad.
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¿Cómo limpiar los cristales del coche por fuera?

Ten mucho cuidado si cuando limpies la cara exterior de los cristales del coche: arañarlos es mucho más sencillo de lo que parece. Y es que, aunque no se aprecie a simple vista, suele ser habitual que sobre los cristales haya depositada una capa de polvo y suciedad, que podría arañarlos si intentas limpiarlos directamente.
En este caso, lo ideal es aclarar el cristal con agua a presión para quitar todos estos restos y otros como mosquitos, excrementos de pájaros… Una vez que lo hayas hecho, para conseguir un resultado perfecto puedes repasarlo con limpiacristales y una bayeta de microfibra, tal y como te explicamos abajo.
Cómo limpiar los cristales del coche por dentro

Aunque parezca increíble, limpiar los cristales por dentro puede ser incluso más complejo que por fuera. Y es que, la accesibilidad a la zona baja del parabrisas, o a la luneta trasera de determinados modelos es más compleja desde el exterior que desde el interior. No obstante, con estos consejos conseguirás ahorrar mucho tiempo.
El primer paso sería rociar el cristal con un producto de limpieza -si es necesario, cubre las superficies del coche que no quieras manchar-. Nuestra recomendación es que recurras a algún limpiacristales específico para automóviles -por lo general suelen ser resistentes al empañamiento-, aunque hay productos que pueden funcionar para limpiar cristales, como el vinagre o el amoniaco rebajado con agua.
El siguiente paso sería limpiar el cristal con una bayeta de microfibra -no deja pelusa-, o bien, con un papel de periódico húmedo. Siempre que limpies cristales, es importante hacerlo de arriba hacia abajo, así evitarás que el producto chorree por una zona que ya has limpiado. El último paso sería secar el cristal utilizando una bayeta de microfibra y comprobar a trasluz si el cristal ha quedado limpio… o hay que repasar alguna zona.