Toyota ha sido más que claro en su creencia de que el mejor enfoque para reducir el consumo de combustible y ofrecer vehículos de cero emisiones radica en una combinación de sus híbridos actuales con futuros coches alimentados por pila de combustible. Y en eso estaba centrando todos sus esfuerzos. De hecho, no hace mucho tiempo que decidió retirar de la venta el ‘suv’ eléctrico RAV4 EV.
Sin embargo, parece que ahora los reguladores chinos pueden obligar a Toyota a construir vehículos eléctricos con motivo de la política nacional oficial que quiere impulsar a la industria automotriz del país en el desarrollo de este tipo de vehículos. Tanto los eléctricos como los híbridos se califican como New Energy Vehicles bajo una multitud de reglamentos nacionales, estatales, y municipales.
En consecuencia, Toyota lanzará, junto con socios chinos de Guangzhou Automobile Group y FAW Group, dos marcas totalmente eléctricas este año; Leahead y Ranz. La mayoría serán coches de gama baja y se cree que los costes de producción puedan ser más altos que la cantidad de demanda por parte de los consumidores.
Algo parecido ocurrió en California, donde fabricantes como Chevrolet, Fiat, Toyota, Ford, Honda o la propia Toyota han tenido que crear modelos eléctricos para repetar las leyes y que se venden exclusivamente en California.